Los recursos hídricos de las cuencas internas de Catalunya entrarán en alerta por sequía si no llueve suficientemente este otoño, según la Agencia Catalana del Agua (ACA), ya que los embalses se encuentran al 59 % de su capacidad, dentro de la normalidad en esta época aunque en la franja más baja.
Fuentes de la ACA han informado a Efe de que el sistema Ter-Llobregat, el principal, que suministra agua a más de 5 millones de habitantes, está en su conjunto al 62 % de las reservas, por lo que no se teme por el suministro, al menos durante este mes.
Además, no se prevé que baje del 60 % en las próximas dos semanas, ya que ha comenzado a bajar la demanda de suministro en los municipios turísticos de Girona y los recursos para el riego, aunque, con el final de las vacaciones ha aumentado la necesidad de agua en el área metropolitana de Barcelona.
Así, la ACA, que prevé aprobar a principios del próximo año un nuevo plan de sequía que está ahora en fase de información pública y alegaciones, utilizará más agua del Llobregat, cuyos embalses están al 71 % de reservas, que del Ter, que se encuentra al 59,1 %.
“Las reservas pueden seguir bajando aún un par de semanas hasta que se acabe del todo la campaña de riego y todavía no habríamos entrado en alerta en el sistema Ter-Llobregat”, ha precisado una portavoz del ACA.
Los técnicos de la ACA consideran que si sigue la tendencia de 2005, lo lógico es que en otoño llueva y se recuperen los niveles, pero advierten que si las precipitaciones no llegan, entraríamos en prealerta a finales de mes y en alerta -cuando las reservas bajan del 50 %- a finales de año.
Por este motivo, la ACA ha empezado a aplicar las medidas preventivas, empezando por la reducción de 4 a 2 hectómetros cúbicos de las extracciones de agua para el riego en el río Muga y de 7 hectómetros cúbicos a 3 en el Ter.
Además, ya que la cuenca del Llobregat está mejor, ésta equilibrará el descenso de recursos del Ter para hacer llegar el agua a Barcelona.
La ACA también ha incrementado hasta el 30 % la producción de la desalinizadora del Llobregat, cuando su funcionamiento normal es del 10 %, el mínimo para mantener húmedas sus membranas.
La portavoz de la ACA ha reconocido que la falta de lluvias provoca que algunos municipios pequeños que no están conectados a las redes y dependen de sus acuíferos están aplicando medidas de ahorro y contención o incluso recurren a camiones cisterna.
Por ello, la ACA abrirá en octubre una nueva línea de ayudas para estos municipios que necesitan el transporte de agua con camiones cisterna.
La última sequía de suministro de agua que sufrió Catalunya se produjo en 2007-2008, cuando se aplicaron medidas de restricción hasta que llegaron las lluvias.