La factura eléctrica para un consumidor medio acogido a la tarifa regulada ha bajado alrededor del 14,5 % -unos 61 euros- en los siete primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2015.
El descenso está vinculado a la caída de precios que ha vivido el mercado mayorista eléctrico en los últimos meses con un mayor peso de la energía eólica e hidroeléctrica, bajadas en las materias primas y unas temperaturas más suaves.
Así, y según datos del simulador de factura de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) recogidos por Efe, el recibo eléctrico para un consumidor doméstico “tipo” ascendería a 360 euros en el periodo del 1 de enero al 31 de julio de este año.
En concreto, este consumidor tipo habría pagado 107,4 euros de término fijo, 167 euros de consumo, 14 euros de impuesto eléctrico, 8,8 euros de alquiler de contador y 62,4 euros de IVA.
Un recibo un 14,5 % más barato que el pagado en el mismo periodo de 2015 cuando el mismo consumidor tipo habría desembolsado 421 euros, es decir 61 euros más.
El importe de la factura está determinado, en buena parte, por esa evolución del coste electricidad en el mercado mayorista, que conforma la tarifa regulada junto con los peajes de acceso -que fija el Gobierno para sufragar las actividades reguladas, como la distribución, el transporte o las renovables- y los impuestos.
Para hacer la comparativa en la web de la CNMC se considera un consumidor con contador tradicional, una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (kWh), es decir, 250 kWh mensuales, acogidos a la tarifa regulada o precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC).