Unió se ve abocada a un concurso de acreedores al no haber logrado un acuerdo con las entidades bancarias, con las que acumula una deuda de 19 millones de euros.
En una carta a la militancia a la que ha tenido acceso Efe, el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, ha informado de que le “duele” comunicar que no han logrado cerrar “el convenio con los acreedores”, lo que obliga al partido a “continuar el proceso concursal”.
La pérdida de representación en el Parlament y en las Cortes, sumada a la fuga de concejales y militantes desde su ruptura con CDC en 2015, agravó aún más la situación de las cuentas de Unió, cuya deuda ascendía a 19 millones de euros, lo que obligó a la dirección democristiana a anunciar en marzo que se sometían a un preconcurso de acreedores que, agotado el plazo legal, pasará a ser ahora un concurso de acreedores.
Espadaler explica en la misiva que esta última semana de julio acababa el plazo para cerrar un acuerdo con los acreedores, tras haber impulsado otras medidas de ajustes, como un ERE, la reducción de gastos o la puesta en venta de su sede central, todo ello con el fin de intentar garantizar la viabilidad económica de la formación.
Pero “finalmente no hemos podido cerrar el convenio con los acreedores, lo cual nos obliga a continuar el proceso concursal”, ha señalado.
Espadaler ha admitido que “es tiempo de asumir la realidad por difícil que sea, de gestionarla con honestidad e inteligencia política y, sobre todo, de mirar hacia adelante”.
Ha agradecido la tarea realizada por el equipo que ha llevado las negociaciones para intentar, sin éxito, evitar el concurso de acreedores y, pese a las dificultades económicas, ha manifestado su convicción de que las ideas que defiende Unió “continúan siendo perfectamente viables y más necesarias que nunca”.
“Que estemos al final de un camino o al principio de un renovado proyecto es una decisión que está en nuestras manos”, ha concluido el secretario general de Unió.
Unió se retiró de la batalla de las segundas generales del 26 de junio, tras perder representación en el Parlament el 27S y en el Congreso el 20D, pero pretendía reformularse internamente para competir en las próximas catalanas.
Sin embargo, todo dependerá de si sale viva del concurso, por una posible quita de la deuda, o termina en cambio en liquidación esta formación que presidió ininterrumpidamente Josep Antoni Duran Lleida desde 1987 y hasta principios del presente año.
El concurso de acreedores es el procedimiento legal, sin antecedentes en partidos políticos, que se origina cuando una persona física o jurídica deviene en una situación de insolvencia en la que no puede hacer frente a la totalidad de los pagos que adeuda.
En esta nueva fase, el histórico partido estará arbitrado así por la autoridad judicial, que limitará sus gastos, sobre todo los extraordinarios, sin haber logrado un acuerdo previo con los bancos, que sostienen la mayor parte de la deuda de la formación democristiana.