Una reproducción a tamaño real del Spinosaurus, el dinosaurio carnívoro más grande de la Tierra, que vivió hace 95 millones de años, medía 15 metros de largo y pesaba 6,8 toneladas, es la pieza central de una exposición que a partir de hoy se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
El Spinosaurus, de dimensiones colosales, que superan las del Tyrannosaurus rex, es también el primer dinosaurio conocido que se adaptó al medio acuático, según ha explicado la directora del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, Anna Omedes.
La exposición, llamada “Spinosaurus: el gigante perdido del Cretáceo” y que se podrá visitar hasta el 26 de marzo de 2017, ha sido organizada por la sociedad científica National Geographic Society en colaboración con la Universidad de Chicago, mientras que el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona (Museu Blau) la ha complementado con fósiles de sus propias colecciones.
La vicepresidenta del Área de Exposiciones y Experiencias del National Geographic Museum de Washington, Kathryn Keane, ha destacado que las características del Spinosaurus, como un cráneo similar al de un cocodrilo, una inmensa cresta dorsal y patas posteriores cortas para desplazarse en el agua, son “únicas entre los dinosaurios”.
Una réplica del esqueleto del Spinosaurus a tamaño real ocupa el lugar central de la exposición, rodeada de modelos, fósiles originales y audiovisuales que recrean la fauna y el ecosistema del norte de África, zona donde se hallaron los restos, en el período Cretáceo de hace 95 millones de años, cuando el área era un inmenso delta fluvial.
La exposición también muestra cómo las nuevas tecnologías aplicadas a la paleontología han hecho posible la reconstrucción del esqueleto del enorme dinosaurio, y la recreación de un modelo a escala real instalada en la plaza del Fórum, ante la entrada del museo.
El recorrido de la muestra explica la sorprendente historia del descubrimiento y redescubrimiento de este dinosaurio africano, que tardó un siglo en completarse.
El Spinosaurus fue descubierto por primera vez en 1912, cuando el paleontólogo alemán Ernst Stromer halló un esqueleto en el desierto del Sahara, en Egipto.
Sin embargo, los fósiles, conservados en el Museo del Estado de Baviera, desaparecieron a causa de un bombardeo aliado durante la Segunda Guerra Mundial.
Más de un siglo más tarde, los exploradores y paleontólogos Nizar Ibrahim y Paul Sereno, junto a exploradores y científicos de todo el mundo, protagonizaron “una aventura salpicada de misterio y casualidades que los llevó, con perseverancia y rigor científico, al redescubrimiento de un esqueleto mucho más completo que el ejemplar perdido de Stromer”.
La investigación de los nuevos restos, que fue publicada en la revista ‘Science’ en 2014, desveló la forma de vida semiacuática del Spinosaurus y sus dimensiones, y es la base de la exposición.
El objetivo de la muestra, según Anna Omedes, es que la gente pueda “comprender cómo vivía el Spinosaurus y por qué protagonizó una extraordinaria adaptación al medio acuático”, así como que la ciudadanía se sienta más cercana a la ciencia.
Barcelona es la única ciudad de España donde se podrá visitar la exposición, que ha llegado coincidiendo con el 15 aniversario de la llegada de la National Geographic a España y tras haber pasado por Milán y Berlín.