Quince días después del 26J y tras casi siete meses con el Gobierno en funciones, el tiempo apremia para la formación del nuevo Ejecutivo. El líder del PP, Mariano Rajoy, pisa el acelerador esta semana para intentar cumplir su objetivo de cerrar su gabinete como muy tarde en la primera semana de agosto.
Después de los primeros tanteos con los nacionalistas, Rajoy afronta esta semana dos de los platos fuertes de las negociaciones para su investidura: Albert Rivera de Ciudadanos y Pablo Iglesias de Podemos, paso previo para reunirse con quien de verdad tiene la llave de la legislatura, el socialista Pedro Sánchez.
El calendario que el presidente del PP tiene en la cabeza es que después de la constitución de las Cortes el 19 de julio, el Rey convoque inmediatamente una rápida ronda de consultas con los portavoces políticos.
Rajoy, esta vez sí, se ofrecería a Felipe VI para someterse a la investidura a diferencia de la pasada legislatura en la que, a falta de apoyos, declinó la oferta del Rey y cedió el testigo a Pedro Sánchez que también fracasó en el intento.
El debate de investidura podría comenzar el martes 26 de julio, de forma que la primera votación, en la que requiere mayoría absoluta para ser investido, se produjera al día siguiente, 27 de julio.
Salvo que se alcanzara un improbable pacto de “gran coalición” entre el PP y el PSOE, o que el PP consiguiera sumar los votos de Ciudadanos, PNV, CC y NC, Rajoy no conseguiría ser presidente en esa primera votación en la que se necesitan al menos 176 votos a favor.
Tendría que esperar 48 horas -probablemente hasta el viernes 29- para una segunda votación en la que ya sí podría ser investido por mayoría simple, esto es, más votos a favor que en contra.
Una abstención del PSOE o de parte del grupo parlamentario socialista permitiría la investidura del presidente del Gobierno en funciones.
De cumplirse ese pronóstico, Rajoy podría tomar posesión el mismo sábado 30 de julio, y que sus ministros fueran jurando o prometiendo el cargo a lo largo de la primera semana de agosto.
Antes de ese escenario ideal de investidura para el PP, el Congreso debe afrontar la renovación de su presidente y de su Mesa con las nuevas mayorías nacidas del 26J.
El método de elección de la Presidencia del Congreso y de los ocho restantes miembros de la Mesa -en tres votaciones sucesivas y en urna- requiere de pactos entre los grupos.
Por ejemplo, la votación del presidente es a dos vueltas siempre que en la primera votación ningún candidato obtenga mayoría absoluta.
En la segunda vuelta, basta con ser el más candidato más votado para ser proclamado presidente de la Cámara.
Los cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios se votan en dos tandas separadas, siendo elegidos los cuatro candidatos más votados.
Fuentes de los principales partidos han confirmado a Efe que ya han comenzado los contactos para intentar pactar estos nombres, así como el reparto de los cargos de las diferentes comisiones parlamentarias.
El PP cree que podrá recuperar la Presidencia, ahora en manos del socialista Patxi López, quien ya ha reconocido que tampoco aspira a ella en esta nueva etapa.
Los ‘populares’ aspiran a obtener el apoyo de Ciudadanos que, con ocho diputados menos, quedaría fuera de la Mesa cuando ahora tiene dos sillas en este importante órgano de la Cámara.
El PP estaría dispuesto a ceder un vocal al partido de Albert Rivera con tal de amarrar la votación para presidente del Congreso.
Otra opción, más remota en estos momentos, es que el PP y el PSOE pactaran una figura de consenso, dentro de las negociaciones para la investidura de Rajoy.
También el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha mostrado abierto a hablar con el PSOE y otros grupos para evitar que el PP se garantice la Presidencia de la Cámara porque “no es una cuestión menor” aunque lo importante, ha dicho, es la formación del Gobierno.
En esta legislatura, Podemos aspira a conservar los dos puestos que tiene en la Mesa, una Vicepresidencia y una Secretaría.
Sobre el nombre del candidato para suceder a Patxi López, fuentes del PP han dejado claro que se trata de una propuesta que debe hacer el presidente del partido, Mariano Rajoy.
Jesús Posada, presidente hasta el pasado mes de diciembre, ya no cuenta con ello y, aunque reconoce que le gustaría volver a ese puesto, a día de hoy no se ve con opciones.
Todo indica que durante la próxima semana podría cerrarse un acuerdo global, aunque en la pasada legislatura la elección del López y el reparto de la Mesa se ultimó prácticamente unas horas antes del primer pleno de la legislatura.