Al tercer día de congreso fundacional, y tras intensos debates no exentos de tensión, la nueva Convergència ha alumbrado las siglas en las que ha decidido reinventarse: Partit Demòcrata Català, una formación que nace con el objetivo de la independencia en el centro de su agenda política.
Tras el fiasco del inicio del congreso, el pasado viernes, ante la rebelión de las bases contra los dos nombres propuestos por la dirección, hoy el ambiente de la clausura, tras los maratonianos debates de ayer, ha sido más festivo, con repetidos gritos de “independencia” dentro de la sala de Centro de Convenciones Internacional de Barcelona.
En la madrugada de ayer, los congresistas enmendaron la ponencia ideológica para subrayar que el nuevo partido no es simplemente “soberanista”, sino que se define como “demócrata, catalanista, independentista, europeísta y humanista”.
El punto álgido de hoy se ha vivido al anunciar el nombre ganador para la nueva formación, Partit Demòcrata Català, que se ha impuesto en segunda vuelta, por 871 votos, frente a los 657 partidarios de Partit Nacional Català, después de que en una anterior votación quedara descartada la tercera alternativa, Junts per Catalunya.
La nueva denominación generará posiblemente conflictos con otra fuerza independentista, Demòcrates de Catalunya, creada por los escindidos de Unió y coaligada con CDC y ERC en el Parlament, que ya advirtió de que se plantearía recurrir a los tribunales y que mañana confirmará si lleva a la práctica su amenaza.
La anécdota ha sido ver al expresidente catalán Artur Mas y a su sucesor, Carles Puigdemont, dentro de la sesión plenaria alzando la cartulina verde a favor de Partit Nacional Català, que ha sido la opción perdedora.
La consellera Neus Munté, que en la primera vuelta ha votado Junts per Catalunya y en la segunda Partit Demòcrata, ha expresado su satisfacción por que se haya creado una estructura “flexible y dinámica” en la cúpula, lo que le permitirá ser vicepresidenta del Partit Demòcrata, haciendo tándem con Mas como presidente, y a la vez mantener su cargo en el Govern.
Este “ticket presidencial” no tiene oposición, pero deberá pasar por las primarias del 23 de julio, en las que los asociados, la nueva denominación de los militantes, también elegirán la dirección de doce miembros con un secretario general a la cabeza, que gozarán de un régimen de incompatibilidades laxo, dado que en términos generales permite un cargo institucional y otro orgánico.
Las corrientes y sectores, entre ellas la Nova Convergència de Germà Gordó, ultiman los movimientos para presentar las candidaturas a la dirección antes de que expire el plazo el próximo miércoles 13 a las 20 horas.
A lo largo de la jornada de hoy, en los pasillos del Centro de Convenciones había tanto o más ajetreo que dentro de la sala del plenario congresual, ya que representantes de las distintas familias del partido celebraban encuentros informales e improvisados para perfilar las posibles candidaturas a la dirección ejecutiva.
El encargado de clausurar el congreso ha sido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha hecho un llamamiento para poner el nuevo partido, del que es asociado, “a disposición” del Govern, del Parlament y de la sociedad catalana para llevar a cabo el compromiso “insobornable” de la independencia.
Puigdemont ha contrastado la “radicalidad democrática” del catalanismo con la “cultura política” española, donde “se abusa del poder” y los recursos públicos “son puestos al servicio de un combate ilícito contra las ideas de los otros”, ha asegurado.
Antes del cierre del congreso, los congresistas, además de escoger el nombre, han ratificado los textos de bases fundacionales y organizativas, cerrados durante la pasada madrugada, así como el reglamento de las primarias para escoger la dirección el 23 de julio y el acuerdo de transitoriedad jurídica entre la antigua CDC -reducida a la mínima expresión- y la nueva formación.
En primera fila, como invitados a la clausura del congreso, se encontraban representantes de las distintas formaciones del arco parlamentario catalán, como Lluís Salvadó (ERC), Miquel Iceta (PSC), Josep Vendrell (Catalunya Sí que es Pot), Santi Rodríguez (PPC) y Antoni Castellà (Demòcrates), si bien Ciudadanos no ha enviado a ningún representante.