La escritora Carme Riera ha obtenido hoy el premio BBVA Sant Joan de Literatura catalana, el único de los cinco grandes galardones literarios catalanes que le faltaba, con “Les darreres paraules”, una novela en forma de manuscrito protagonizada por el archiduque Luis Salvador de Habsburgo.
Convocado por la Fundación Antigues Caixes Catalanes y el Grupo BBVA, el galardón en su 36 edición es el tercer mejor dotado de las letras catalanas, con 35.000 euros libres de impuestos, y será publicado en septiembre por Edicions 62, justo cuando se celebre la Semana del Libro en Catalán.
Riera, antes de la entrega del premio, esta tarde en Sabadell, ha mostrado su satisfacción por el reconocimiento, por ser “un premio limpio y honesto”, y que se falla en junio, su mes predilecto del año, “no sólo por sus días largos, sino porque queda el verano por delante, porque huele a felicidad”.
La novela con la que ha ganado se centra en la figura del archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena (Florencia,1847 – Brandeis, Austria, 1915), un investigador y mecenas miembro de la dinastía imperial de los Habsburgo, hijo de Leopoldo II, Gran Duque de Toscana y María Antonieta de las Dos Sicilias, y que conoce muy bien.
Durante el año pasado, Riera, académica de la Real Academia Española de la Lengua, fue la comisaria de una exposición que se pudo ver en Mallorca centrada en este personaje, que recaló en las Baleares durante su vida, la primera ocasión en busca de escarabajos, aunque también es considerado un precursor de la Mallorca turística.
“Yo vivía, dormía, moría con el archiduque -ha dicho hoy la escritora- y cuando acabó la exposición lo que quedaba era seguir investigando, empezar a escribir una novela”.
Nunca había apostado por unas memorias, aunque en “Temps d’innocència”, su anterior libro, había abordado la autobiografía, pero le gustan los retos y lo que sus seguidores podrán leer ahora son una suerte de memorias del archiduque, dictadas a su secretario, escritas en primera persona y basadas en una confesión que trata de justificar toda una vida, tanto desde el punto de vista político como desde el sexual, algo que “para él era muy importante”.
Riera ha defendido que su llegada a Mallorca “supone un antes y un después” y que aunque puede verse como un precursor del turismo, de una “isla ahora devastada”, él “creía que se debía respetar la naturaleza, el paisaje”.
Asimismo, fue un hombre viajado, primo de la emperatriz Sissi, con relaciones en la Corte y que en este relato “hizo servicios muy importantes que hubieran podido evitar la Guerra Europea”.
Riera, interesada en la historia europea, coloca al personaje en este contexto, basándose en las cartas y los textos que dejó escritos, sin olvidar la Viena de la época, en la que vivían personas como Sigmund Freud y otros importantes intelectuales.
Sin querer desvelar mucho más, la autora mallorquina sí ha dejado caer que fue un espía, que realizó algunas misiones, con viajes a “lugares extraños tras recibir el mensaje de alguien que lo hacía ir de un lugar hacia otro”.
No tuvo hijos, pero “dejó su herencia a los hijos de su secretario”, algo que provocó comentarios, igual que sus relaciones con diferentes mujeres como la analfabeta Catalina Homar o la misma emperatriz Sissi, “su prima predilecta”, a la que llevó a Mallorca, un lugar estratégico de primer orden, en lo que él había convertido su “pequeño principado”, entre Valldemosa y Deià.
Al premio Sant Joan han concurrido este año un total de 34 manuscritos y el jurado estaba formado por la escritora Najat El Hachmi, ganadora de la edición anterior, y los escritores Jordi Coca, Pere Gimferrer, Giuseppe Grilli y, como secretario, el director de la Fundación Antigua Caixa Sabadell 1859, Joan Carles Sunyer.
Instituido en 1981, ha sido ganado en otras ocasiones por escritores como Vicenç Villatoro, Valentí Puig, Maria de la Pau Janer, Andreu Carranza, Toni Sala, Baltasar Porcel, Joan Barril, Pep Coll o Ada Castells.