El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy que al Ejecutivo no le gusta que el primer ministro británico, David Cameron, viaje hoy a Gibraltar y ha defendido la españolidad del Peñón triunfe o no el “brexit” en el referéndum que celebrará el Reino Unido el próximo 23 de junio.
Rajoy se ha referido a la visita de Cameron a Gibraltar en una entrevista en Radio Nacional en la que ha recordado que su homólogo británico viaja a Gibraltar en el marco de la campaña de ese referéndum.
“La campaña para eso debería hacerse en el Reino Unido y no en Gibraltar”, ha subrayado el jefe del Ejecutivo.
El Gobierno no llamará a consultas al embajador ante la visita de Cameron, pero Rajoy ha dicho que las autoridades británicas ya saben perfectamente la posición contraria española a esa decisión y fue reiterada ayer cuando el gabinete del primer ministro les comunicó el viaje.
Ante la posibilidad de que España solicitara la cosoberanía del Peñón si triunfase el “brexit”, ha señalado que no conviene adelantar acontecimientos, pero ha recalcado que “es evidente que España siempre ha pensado que Gibraltar forma parte de su territorio nacional ocurra lo que ocurra en el referéndum”.
“España sigue siendo español gane el ‘brexit’ o pierda”, ha reiterado.
Si en esa consulta se decidiera la salida del Reino Unido de la UE, considera que sería malo para ese país y para todos los socios europeos y supondría “un paso atrás” en el proceso comunitario.
Ha informado de que diversos ministerios están trabajando ante el panorama que supondría que ganaran los partidarios de que el Reino Unido abandonase la Unión Europea y que él tiene previsto mantener al principio de la próxima semana una conversación con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Una conversación con el objetivo de dar una respuesta conjunta por parte de todos los países de la UE.
Rajoy ha dicho que en caso de que triunfara el “brexit” se abriría un periodo de negociación para determinar la posición en que quedaría el Reino Unido en relación con la UE ante asuntos tan importantes como la existencia de muchos ciudadanos británicos viviendo en otros países comunitarios y sobre los que habría que aclarar sus derechos.
“No es un proceso fácil, duraría un cierto tiempo y deberíamos llevarlo conjuntamente todos los europeos”, ha añadido.