El PP volvería a ganar las elecciones el 26 de junio con hasta 121 diputados según la encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que vaticina el “sorpasso” de la coalición Unidos Podemos y sus confluencias sobre el PSOE, al que podría aventajar en hasta doce escaños.
Según el sondeo, elaborado entre el 4 y el 22 de mayo y que se publica a pocas horas de que arranque la campaña electoral, la candidatura de Pablo Iglesias junto a sus confluencias obtendría el 25,6 por ciento de los votos y un máximo de 92 diputados, cuando en diciembre la suma de Podemos con IU se quedaba en 71.
Los socialistas encabezados por Pedro Sánchez pasarían a ser la tercera fuerza política en el Congreso -algo inédito en la reciente historia democrática- con un 21,2 por ciento de los apoyos y entre 78 y 80 escaños, diez o doce menos que los obtenidos en diciembre.
No obstante, la suma de Unidos Podemos y el PSOE permitiría alumbrar una nueva mayoría parlamentaria de izquierdas que agruparía algo más de 170 escaños.
Del otro lado, el PP se mantendría en primera posición, aunque el CIS calcula que podría perder algo de representación, porque le da entre 118 y 121 diputados -frente a los 123 de diciembre-, con un 29,2 por ciento de los votos.
Mientras, Ciudadanos bajaría ligeramente su representación en el Congreso y obtendría entre 38 y 39 escaños -obtuvo 40 en diciembre- con el 14,6 por ciento de los sufragios.
El mapa parlamentario que se dibuja es similar al bloqueo que se vivió en la XI legislatura, aunque con un intercambio de papeles entre el PSOE y Podemos.
La suma de Unidos Podemos y PSOE superaría a la del PP y Ciudadanos, lo que abre todo un abanico de posibilidades para la formación de gobierno, desde un ejecutivo en minoría del PP -gracias a la abstención del PSOE- a un gabinete de izquierdas.
El empuje de la candidatura de Pablo Iglesias se nota especialmente en el resultado del voto directo -sin la estimación del CIS- en el que sería la fuerza más votada, con un 18,2 por ciento, superando al PP, que se queda en un 16,8 por ciento de los sufragios.
Todo ello, en un entorno de alta volatilidad, con un 32,4 por ciento de indecisos.
Entre quienes aún no han decidido su voto, un 10 por ciento duda entre el PP y Ciudadanos; un 9,4 por ciento entre el PP y el PSOE; un 8,9 entre el PSOE y Ciudadanos y un 7,5 entre PSOE y Podemos.
Podemos y el PP son los dos partidos con votantes más fieles, justo lo contrario de lo que le pasa al PSOE y Ciudadanos.
El 74,1 por ciento de quienes apoyaron al partido de Pablo Iglesias en diciembre volverán a hacerlo y lo mismo harán con el PP el 73,8 por ciento.
Por el contrario, Ciudadanos se muestra como el partido al que más van a ‘traicionar’ sus votantes de diciembre, ya que sólo el 59,5 por ciento de quienes le apoyaron entonces confiesa que volverá a hacerlo el 26 de junio.
De los que ya tienen decidido que cambiarán su voto, el porcentaje más alto de trasvase se aprecia entre los que apoyaron a Ciudadanos, ya que un 7,8 por ciento admite que ahora votará al Partido Popular.
También se observa mayor trasvase de apoyos de Podemos al PSOE que a la inversa. Un 4,4 por ciento de quien optó por la formación morada votará ahora a los socialistas mientras que un 3,7 por ciento de quienes apoyaron al partido de Pedro Sánchez se decantarán el 26 de junio por el de Pablo Iglesias.
Al PP también se le escapan algunos apoyos, que principalmente van a Ciudadanos, el 3,6 por ciento.
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, se mantiene como el líder político mejor valorado por los españoles, con una nota de 4,81 sobre diez, mientras que entre los cuatro principales candidatos de las elecciones del 26J, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, es el que saca mejor nota, con un 4,17.
Por detrás de Garzón y Rivera, se sitúan el líder del PSOE, Pedro Sánchez, con una nota de 3,99, por delante del de Podemos, Pablo Iglesias (3,41), y del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (3,09).
En comparación con el barómetro del CIS del mes de abril, el último que recogió la valoración de los líderes, todos los líderes políticos ven mejorada su calificación ciudadana, aunque eso sí, ninguno sigue llegando al aprobado.