El perro que ha matado a su dueño en la pedanía murciana de Beniaján era de raza pastor belga, no pit bull, y ha sido finalmente capturado vivo por dos empleados de la perrera, no abatido a tiros por la Policía Local, según los agentes que han acudido al lugar y un hombre que vive en la casa del fallecido.
El ataque del perro que ha acabado con la vida de su propietario, de 70 años, se ha producido sobre las 20:35, tras lo que el Centro de Coordinación de Emergencias del Gobierno murciano ha informado primero de que se trataba de un labrador y luego de un pit bull, así como de que la Policía Local lo había abatido.
Pero, según han comentado los agentes que se encontraban en la casa y el hombre que la habita a cambio de cuidarla y mantener el huerto de limoneros que la rodea, no ha sido así.
El fallecido, que residía en el casco urbano, iba de vez en cuando a la casa y dejaba al perro, normalmente encerrado, suelto sin correa un rato, ha relatado a Efe Abu Faye, natural de Ambur (Senegal) y de 43 años, que vive en la casa desde hace ocho.
Ya entonces estaba allí el animal, que se llama Rocky, al que “le han disparado dos veces, pero se ve que no le han dado, porque se lo han llevado vivo dos hombres en una jaula en la que lo han metido con correas mientras ladraba”.
Según sus palabras, aunque el fallecido, que se llamaba Juan, pero no conoce su apellido, trataba bien al animal y se dirigía a él cariñosamente, ya había sido atacado por el perro con anterioridad, y al propio Faye también le había mordido hace tres años, pues “era agresivo y ladraba mucho” a todo el que pasaba por allí y también a él, al que le daba “miedo” salir de la casa si Juan lo soltaba.
Cuando se ha producido el ataque, Faye estaba ya casi medio dormido cuando ha salido a ver qué ocurría al oír los gritos de Juan y los gruñidos del perro, al que se ha encontrado sobre su dueño mordiéndolo mientras este estaba en el suelo.
El personal sanitario de una ambulancia enviada desde el servicio de urgencias del centro de salud del barrio murciano Infante Don Juan Manuel solo ha podido certificar la muerte de Juan bajo un árbol en el exterior de la casa ubicada en la zona de la carretera que discurre junto al puente del Reguerón, junto a la vía del tren.
Posteriormente han acudido a la casa un hijo y dos hijas del fallecido con algunos nietos, que se encontraban en el lugar a la llegada del juez de guardia requerido para el levantamiento del cadáver.