Catalunya / España

Sindicatos de Mossos piden usar pistolas eléctricas sin regulación “estricta”

Los sindicatos de los Mossos d’Esquadra han pedido hoy que el Parlament confíe en la policía y les autorice a utilizar las pistolas eléctricas en casos de reducciones policiales complejas sin una regulación “estricta”, también en casos de personas drogadas o con problemas mentales.
Representantes de los sindicatos de los Mossos han comparecido hoy en el grupo de trabajo del Parlament que evalúa la idoneidad de las pistolas eléctricas, y han cerrado filas con la cúpula del cuerpo y con la conselleria de Interior para reivindicar su uso para evitar el cuerpo a cuerpo en reducciones complejas.
Los sindicatos sólo han diferido en una cuestión respecto a la cúpula de los Mossos d’Esquadra y de la conselleria de Interior, ya que, a excepción del Sindicato de Mandos de los Mossos d’Esquadra (SICME), los representantes de las demás organizaciones han pedido que no se limite la distribución de las pistolas eléctricas a los jefes de turno de cada comisaría, sino que se distribuyan también a agentes vinculados a la seguridad ciudadana.
Ante el grupo de trabajo del Parlament, los sindicatos han pedido de forma unánime que el uso de las pistolas eléctricas vaya más allá de las limitaciones que defiende el Síndic de Greuges, que se ampara en las organizaciones internacionales de defensa de los Derechos Humanos para desaconsejarla en personas vulnerables, con dolencias cardíacas, con problemas mentales o bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Los representantes sindicales han enumerado varias actuaciones en los últimos años, entre ellas las reducciones del empresario Juan Andrés Benítez o del actor Alfonso Bayard -que sufría brotes psicóticos-, o un caso de Malgrat de Mar (Barcelona) en 2007 en el que un agente disparó mortalmente a un joven esquizofrénico que le iba a agredir con un pico, y han advertido que situaciones como éstas se podrían haber evitado con las pistolas eléctricas.
El secretario general del SICME, Jordi Dalmau, ha sido muy gráfico al pedir que la regulación del uso de estas armas no sea “estricta”, porque pese a que debe haber “marcos legales clarísimos”, entiende que no se puede regular “cada situación”.
“No se puede regular ni limitar el poder discrecional de la policía. Los agentes tienen que estar éticamente preparados. Entendemos que es una cuestión de confianza en la policía. Les pido que confíen en la policía, porque estamos convencidos que (las pistolas eléctricas) son una buena herramienta”, ha indicado Dalmau.
El portavoz del sindicato de mandos ha mostrado su desacuerdo con el hecho de que el Síndic de Greuges desaconseje el uso de las pistolas eléctricas en personas con dolencias del corazón, problemas mentales o bajo los efectos del alcohol o las drogas. “Tenemos claro que es un uso excepcional, pero no usarlo, la alternativa sería mucho peor que la pistola eléctrica”, ha advertido.
En la misma línea, el secretario general del SAP-FEPOL, Pere García, ha pedido que no se haga una regulación “restrictiva” del uso de las pistolas eléctricas, porque si se incluyen las limitaciones que plantea el Síndic se incorporarían vetos a la proporcionalidad y discrecionalidad que la ley reconoce en las actuaciones de la policía.
En la misma línea, Marc Rovira, del Sindicato de Mandos de la Escala Intermedia (SEIME), ha pedido que la delimitación sea “restrictiva pero no muy cerrada” para que pueda dar “cierta actuación de discrecionalidad” a los agentes para saber cuándo las pueden usar, por lo que ha pedido que se les dé un “margen de confianza”.
Rovira también ha asegurado que los Mossos no son “impermeables” al “debate ético”, ya que en cada ocasión en la que utilizan la fuerza evalúan si su actuación ha sido adecuada o no.
También ha insistido en subrayar que un elemento clave es la formación de los agentes y ha alertado que existe una necesidad real operativa para poder disponer de pistolas eléctricas para evitar el uso excesivo de la fuerza en una reducción compleja.
Desde el Sindicato de Mossos d’Esquadra (SEM), Toni Castejón ha afirmado que no existe una herramienta policial “más garantista” que las pistolas eléctricas, ya que dejan rastro de toda la actuación y además filman todo el incidente y ha subrayado que no buscan que sea una arma de uso “masivo”, sino para casos concretos.
En la misma línea, el secretario general del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC), David José, ha apuntado que las pistolas eléctricas están pensadas para “salvar vidas” y para “evitar lesiones”, por lo que son una herramienta “imprescindible” para evitar situaciones de reducciones que se prologan más de lo necesario por la resistencia del oponente, con los riesgos que comporta de sufrir un paro cardíaco por el estrés de la situación.
David Lijarcio, presidente del sindicato USPAC, ha advertido que en los últimos años ha habido un incremento de las situaciones en las que los mossos tienen que reducir a personas que ejercen una “violencia inusual” y una “resistencia feroz”, por lo que entiende que las pistolas eléctricas son imprescindibles porque además tienen un evidente efecto “disuasorio”.
Los diputados que se han mostrado más reacios al uso de las pistolas eléctricas han sido Joan Giner (CSQP) y Mireia Vehí (CUP), que han discrepado con los sindicatos sobre la posibilidad de ir más allá en el uso de estas armas en los casos en los que los desaconsejan las organizaciones internacionales de derechos humanos.

To Top