Las bibliotecas de Catalunya recibieron durante 2015 cerca de 25 millones de visitas, según el balance presentado hoy en Barcelona por el conseller de Cultura, Santi Vila, en la víspera del día de Sant Jordi.
Vila ha recordado que Catalunya dispone de 391 equipamientos bibliotecarios, de los cuales 380 son bibliotecas estables y once bibliobuses móviles, lo que supone un incremento del 9,8 % con respecto a los centros existentes en 2011.
Estas bibliotecas dan servicio a una población de más de siete millones de personas de un total de 416 municipios catalanes, lo que equivale a que el 93,6 % de la población tiene a su alcance una biblioteca, “prácticamente una cobertura universal”.
El balance, presentado hoy en la biblioteca pública Manuel Arranz-Poblenou, señala que en el conjunto de las bibliotecas públicas trabajan más de 2.150 profesionales, un 5,3 % más con respecto a 2011.
Las bibliotecas públicas catalanas gestionan un fondo de casi 15 millones de volúmenes, de los cuales la parte más importante corresponde a los libros, que representan 11,7 millones, seguido por las 1,4 millones de obras audiovisuales, los 1,2 millones de documentos sonoros y otros 369.000 documentos.
El sistema recibió un total de 24,8 millones de visitas, que solicitaron el préstamo de 15,5 millones de obras, de los cuales 10 millones fueron libros y casi 3,5 millones fueron grabaciones cinematográficas.
El conseller ha subrayado que “más de la mitad de la población (el 55 %) son usuarios de las bibliotecas y las evalúan con una buena calificación, un 8,3”.
Durante la presentación del balance sobre las bibliotecas públicas de Cataluña, también se han hecho públicas las conclusiones del Estudio de personas no-usuarias de este servicio.
Este segundo estudio trata de identificar tanto a las personas que no han ido nunca a una biblioteca pública como las que hace más de un año no han ido.
Las personas de edad más avanzada son las que menos utilizan la biblioteca pública (54 % en el segmento de 50-64 años y un 55 % entre los de más de 65 años).
Entre el colectivo de personas con estudios primarios o inferiores también hay un 55 % de personas no-usuarias.
En cuanto al sexo, los hombres presentan una mayor tendencia a no ser usuarios de las bibliotecas (48 %).