Concluidas las vacaciones de Semana Santa, los partidos políticos vuelven a enfrentarse al reto de buscar alianzas para formar gobierno, con la reunión del miércoles entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Podemos, Pablo Iglesias, como principal hito para volver a explorar sus posibilidades de acuerdo.
A poco más de un mes para que se convoquen de nuevo elecciones, Iglesias mantiene su oferta al PSOE de formar un gobierno de coalición “a la valenciana”, con Compromís e IU-UP, en el que él sería vicepresidente.
Sánchez hasta ahora ha rechazado esa opción porque necesitaría del concurso de Dil y ERC (además del PNV) y -dice- eso situaría la gobernabilidad de España en hombros de los independentistas.
Su apuesta sigue siendo convencer a Iglesias de que Podemos facilite un gobierno del PSOE con Ciudadanos, aprovechando su tendencia a la baja en las encuestas y la división que se ha puesto en evidencia con el sector ‘errejonista’, supuestamente partidario de pactar con los socialistas la abstención.
En ese marco, Iglesias se empeña en hacer ver que la llave del cambio la tiene el PSOE, no él, mientras que Sánchez muestra que el “veto” de Podemos a Ciudadanos es lo que bloquea la salida.
Si ninguna de las dos partes mueve su posición y presenta un resquicio para negociar, el encuentro del miércoles solo servirá para seguir presionando al otro y su utilidad se mediría en clave interna.
Entretanto, el partido de Albert Rivera insiste en buscar que el PP se sume al pacto con el PSOE y en que, si no lo hace, la responsabilidad de ir a unas nuevas elecciones será de ellos.
Rivera, que advirtió al PP hace unos días en una entrevista con Efe del riesgo de basar su estrategia en la “calculadora electoral”, sostiene que su acuerdo con el PSOE es “incompatible” con Podemos y lo dará por roto si los socialistas “se alían con los populistas”.
“Tendría que ser otro PSOE” el que hiciera eso, ha dicho hoy la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís.
“No sería el que el se ha sentado con nosotros y nos ha hecho entender que para ellos también es importante que España esté unida y que cree en una España dentro de Europa”, ha advertido Villacís sobre los peligros de que el PSOE abra la negociación a su izquierda.
Por su parte, Mariano Rajoy tiene pendiente su anunciada llamada a Pedro Sánchez, a pesar de que éste no quiere ni oír hablar de la “gran coalición”.
La llamada de Rajoy podría producirse también esta semana, al tiempo que se aviva el debate sobre su sucesión ante un nuevo escenario electoral que en el PP ven cada vez más inevitable.
A excepción de Ciudadanos, que sube en las encuestas con su imagen de unidad y centralidad recuperada gracias al pacto con el PSOE, ninguno de los principales partidos que forman el parlamento tras el 20D atraviesa un momento de calma interna que fortalezca su posición negociadora.
Sánchez sigue pendiente de si la andaluza Susana Díaz decide medirse con él en las primarias a la secretaría general previstas para el 8 de mayo, mientras aguanta la presión de los líderes territoriales que le piden que aplace ese proceso para que la disputa interna no coincida ni con una eventual formación de gobierno ni con la campaña electoral.
La dirección del PSOE asegura que está dispuesta a retrasar las primarias y el posterior Congreso Federal de los días 20, 21 y 22 de mayo, en caso de que la mayoría de las federaciones acepte mover la fecha, mientras crecen los rumores de que la presidenta de Andalucía podría dar un paso al frente.
En Podemos, la crisis abierta por la destitución del secretario de Organización, Sergio Pascual, próximo al ‘número dos’ de Podemos y portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, sigue pendiente del silencio que guarda éste sobre el asunto, por lo que su asistencia el martes a la Junta de Portavoces del Congreso se prevé rodeada de expectación; la misma que ha suscitado el anuncio de que el próximo domingo Rajoy será entrevistado por Jordi Évole en su programa.