Cada tres minutos un coche es “fichado” desde el aire por el radar Pegasus de la DGT, incorporado ya a ocho helicópteros. Tras tres años sobrevolando las carreteras y con 3.871 horas de vuelo, este ojo preciso ha controlado a 75.000 vehículos y multado a 18.274 conductores.
Fue al inicio del dispositivo especial de la Semana Santa de 2013 cuando la Dirección General de Tráfico (DGT) puso en marcha el primer Pegasus en uno de sus helicópteros o, lo que es lo mismo, instaló en una de sus aeronaves un complejo software capaz de controlar la velocidad de los vehículos desde 300 metros de altura y a una distancia en línea recta de un kilómetro.
Dotado de dos cámaras, una panorámica que facilita el seguimiento y captación de la velocidad y otra de detalle, el Pegasus puede leer la matrícula de un coche con precisión llegando incluso a poder detectar velocidades de hasta 360 kilómetros por hora.
En los tres años de vida y con motivo del inicio a las tres de la tarde del dispositivo de Semana Santa, Tráfico recuerda que ya ha equipado con este infalible radar ocho de sus doce helicópteros de flota que salen de misión tanto en autovías como en carreteras secundarias.
Sobre las primeras, limitadas a 120 km/h, la velocidad media a la que circulaban los conductores denunciados excedió en más de 28 kilómetros por hora, si bien la máxima velocidad que capturó el Pegasus fue de 242.
En las vías limitadas a 100 km/h, la media de los vehículos vigilados fue de 130 km/h y la máxima detectada y denunciada fue de 195km, mientras que en las carreteras secundarias en las que no se puede exceder más de 90km/h, la media fue de 122,7 km/h, es decir, 33 kilómetros por encima de la legalidad. En ellas, el Pegasus captó a un conductor a casi 200 kilómetros por hora.
Pero el Pegasus no solo ha servido para vigilar los excesos de velocidad, sino otras infracciones como el uso del móvil al volante, no llevar el cinturón de seguridad, no mantener la distancia de seguridad necesaria con el resto de vehículo o realizar maniobras peligrosas o prohibidas.