Catalunya / España

Juzgan a una mafia ruso-georgiana por asesinato, blanqueo y tenencia de armas

La Audiencia Nacional juzgará a partir de hoy a veinte presuntos integrantes de una banda mafiosa de ciudadanos rusos y georgianos que operaba en varios países europeos, entre ellos España, por delitos de asesinato, blanqueo, tenencia de armas, falsificación de tarjetas de crédito, estafa y falsedad.
La Fiscalía pide penas de entre 5 y 32 años de cárcel para los miembros de la banda, que actuaba en España, Italia, Alemania, Suiza y Francia, estaba perfectamente estructurada en escalafones y hasta utilizaba un lenguaje propio en el que los “ladrones en ley” eran los máximos dirigentes y el resto, “deportistas”.
Uno de esos dirigentes, que residía en Barcelona y fue detenido allí en 2010, es Kakhaber Shushanashvili. Se sentará en el banquillo de los acusados de la sede de la Audiencia de San Fernando de Henares (Madrid) y se enfrenta a la mayor petición de pena, 32 años y 8 meses de cárcel.
Kakhaber Shushanashvili, hermano de Lasha, líder de la banda en Europa y condenado en Grecia a 14 años de cárcel, dirigía en España la organización, que perseguía la “comisión permanente y planeada de un número ilimitado de actos criminales”, según recoge la Fiscalía en su escrito de acusación.
Los integrantes de la organización en España tenían distintos papeles en ella, “desde gestionar el dinero procedente, entre otros, de delitos de robos y extorsión, dar cobertura a los ‘ladrones en ley’ (permisos de residencia, patrimonio…), aflorar el dinero procedente de actividades delictivas a través de adquisición de bienes y creación de sociedades para negocios”.
La banda, en la que participaban unas 80 personas a escala europea, tenía incluso su lenguaje propio y llamaba “capo” a los jefes, “bliad” a la persona que ha perdido la condición de “ladrón respetable” y se ha convertido en un “traidor” o “puto”, “caja común” (“obschack”) a la caja que tenía fondos para asistir a sus miembros en la cárcel o “skhodka” a la reunión de varios “ladrones en ley”.
Entre los delitos que menciona el escrito de acusación, figura el intento de asesinato de “Janashia” (Vladimir Dzhemalovich), que residía en Niza (Francia).
Ese asesinato se planeó en enero de 2010 en Barcelona, a donde acudieron dos “deportistas” sicarios de la banda y se reunieron con Shushanashvili, pero fueron detenidos en Francia, tras lo que se intentó una segunda vez, pero el tercer sicario enviado desde Bélgica tampoco consiguió matarle.
El escrito también habla de extorsiones, como cuando consultan a Shushanashvili si tenían que “romper la cabeza” a un moroso, tráfico de cocaína y un delito de estafa mediante el uso de tarjetas bancarias fraudulentas.
Este último consistía, relata el fiscal, en comprar en establecimientos de Barcelona de lujo como Gucci o Louis Vuitton con tarjetas con la banda magnética manipulada que desviaban los cobros a cuentas de otras países que nada tenían que ver con la tarjeta.
La organización también tenía armas, a las que en ocasiones llamaban “hierro” o “la grande”, e incluso intentó adquirir un vehículo blindado.
Asimismo, se dedicaba a robar dinero y joyas en Italia y luego transportaba del oro obtenido mediante un negocio de paquetería en Madrid que controlaba la organización.

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