El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se enfrenta hoy prácticamente sin opciones a la segunda votación de investidura en el Congreso, con la certeza de que no conseguirá la mayoría simple de la Cámara para ser investido presidente del Gobierno.
El pasado miércoles, el Congreso rechazó su investidura en primera vuelta, en la que necesitaba mayoría absoluta, en una votación en la que obtuvo 130 votos a favor, 219 en contra y una abstención, muy lejos de los 176 apoyos requeridos.
Ahora le bastarían más “síes” que “noes” aunque por las posiciones manifestadas en las últimas horas por los diferentes grupos parlamentarios todo indica que se volverán a repetir los mismos números y Sánchez se quedará con los solitarios apoyos de los 90 diputados del PSOE y los 40 de Ciudadanos.
Partido Popular y Podemos, que tienen la llave de la investidura con una improbable abstención, ya han insistido en que no piensa cambiar el sentido de su voto, y repetirán su “no” al candidato socialista.
Según marca la Constitución y el Reglamento del Congreso, esta segunda votación debe efectuarse a las 48 horas de la primera, lo que significa que no debería comenzar antes de las siete y media de la tarde aproximadamente.
Para ello, el presidente del Congreso, Patxi López, ha convocado a los diputados a una nueva sesión a las 18.30 horas para dar tiempo a las intervenciones breves del candidato Pedro Sánchez y del resto de portavoces antes de la votación.
Sánchez dispondrá hoy de un turno de palabra de diez minutos, y el resto de portavoces, de cinco, tras lo que se producirá la votación, por llamamiento y de viva voz.
Habrá un sorteo para elegir el apellido del diputado por el que comenzará la votación y a partir de ahí se seguirá nombrando a los diputados por orden alfabético.
De volver a fracasar Sánchez en su investidura se abre un nuevo periodo transitorio en el que el Rey podría volver a llamar a consultas a los líderes políticos para tratar de proponer un nuevo candidato.
Aunque la Constitución no marca qué ocurre en estos casos ni obliga al Rey, se espera que Felipe VI convoque una tercera ronda de consultas con los grupos parlamentarios, posiblemente antes de la Semana Santa.
La primera votación frustrada del pasado miércoles marca ya el calendario electoral en el caso de que ningún candidato logre la mayoría suficiente en los dos próximos meses.
Si antes del próximo 3 de mayo nadie consigue ser investido, se disolverán automáticamente las Cortes y se convocarán nuevas elecciones generales.
La ley marca un periodo de 54 días desde la convocatoria hasta la jornada electoral, que coinciden exactamente con el domingo 26 de junio, fecha en la que se celebrarían los nuevos comicios generales.