Dos de cada diez hombres pagaron por servicios de prostitución durante el año pasado y, de ellos, el 10 por ciento detectó trata de menores, según un estudio de la Universidad de Comillas encargado por la delegación del Gobierno para Violencia de Género.
Durante la presentación del informe “Apoyando a las víctimas de trata con fines de explotación sexual”, que está basado en encuestas a 1.600 hombres, varias ONG y los agentes que luchan contra la trata, la coordinadora del estudio, Carmen Meneses, ha subrayado el importante papel que tienen los clientes a la hora de alertar sobre los casos de trata a la policía o entidades sociales.
“El cliente es el primero que puede dar la alerta”, por eso su papel es muy importante, ha advertido Meneses quien, no obstante, ha reconocido que las víctimas son muy reticentes a hablar de su situación, puesto que sufren fuertes coacciones de los tratantes que amenazan a sus familias.
En el estudio se analiza también la trata de menores que, aunque minoritaria, existe “y eso es porque hay demanda de este perfil de mujeres” y es, además, aún más complicada de detectar, puesto que suelen estar en pisos donde el acceso de la policía es más difícil.
Meneses ha destacado que el destino más habitual de las víctimas de trata con fines de explotación sexual es Europa y los países de origen más frecuentes Rumanía, Nigeria, Paraguay, Brasil y República Dominicana, mientras que las víctimas de origen asiático van en aumento.