El juicio del caso Nóos, en el que está acusada la infanta Cristina, continúa el próximo martes marcado por las confesiones de los seis encausados arrepentidos que ya han declarado, cuyas incriminaciones comprometen gravemente al cuñado del Rey, iñaki Urdangarin, y su exsocio Diego Torres.
La jornada del martes arranca a las 9.15 horas con el reinicio de la declaración del excontable del Intituto Nóos Marco Antonio Tejeiro, cuñado de Torres.
Tejeiro es uno de los arrepentidos que colabora con el ministerio público en virtud de un acuerdo alcanzado con el fiscal Pedro Horrach, que a cambio de que revele lo que sabe solicita para él una pena de dos años de prisión, frente a los 11 años que inicialmente le reclama la acusación popular de Manos Limpias.
El antiguo contable, que trabajó tanto para el Instituto Nóos como para otras empresas del “conglomerado” (según su propia definición) creado por Urdangarin y Torres en torno a la asociación sin ánimo de lucro impulsada por ambos, detalló ante el tribunal de la Audiencia de Palma que los socios saquearon la entidad que utilizaban para contratar con las administraciones y defraudaron a las arcas públicas.
En su prolongada declaración, Tejeiro ha desgranado un retahíla de prácticas corruptas de los socios de Nóos, que presuntamente empleaban la asociación no lucrativa para obtener fondos de administraciones públicas (unos 6 millones de euros en los hechos que se juzgan) de los que se apropiaban cargando al instituto facturas de empresas de las que eran titulares.
“El Instituto Nóos era el que facturaba hacia fuera, el que recibía los ingresos”, y las facturas que la entidad abonaba a las empresas de Torres y Urdangarin por servicios muchas veces inexistentes era “para sacar los beneficios para los socios de todo el conglomerado”, que se repartían casi exactamente al 50 %.
El arrepentido apuntó también que la empresa Aizoon, de la que son copropietarios la hermana del Rey y su esposo, tenía en nómina a empleados ficticios para obtener beneficios fiscales.
Declaró, asimismo, que había entregado a Urdangarin y Torres dinero formalmente destinado a salarios de trabajadores de empresas del grupo que estaban dados de alta pero no prestaban ningún servicio ni cobraban esas nóminas.
Relató que emitía cheques al portador para el pago de las nóminas simuladas, extraía el dinero del banco y se lo entregaba en sobres a cada uno de los socios.
Aseguró que Urdangarin vendió a Torres su parte en Nóos Consultoría 16 meses después de que, a instancias de la Casa Real, supuestamente se hubiera desvinculado de las actividades del instituto sin ánimo. Además, según Tejeiro, crearon conjuntamente una fundación en ese periodo de aparente distanciamiento.
Tejeiro cerró una tanda de declaraciones de arrepentidos que comenzó con José Luis “Pepote” Ballester, el exdirector general de Deportes de Baleares de 2003 a 2007, quien responsabilizó al entonces presidente del Govern, Jaume Matas, de ordenar contratar a Urdangarin sin cuestionar los 2,5 millones de euros que cobró Nóos de la administración balear.
La declaración de Ballester entraba dentro de los previsto porque hace años que colabora con la Fiscalía, en éste y otros casos de corrupción.
Posteriormente, Matas dio un golpe de volante a la estrategia que ha mantenido hasta ahora en los numerosos procedimientos en que está y ha estado procesado, que incluyen dos condenas firmes por corrupción.
El expresidente y exministro admitió que ordenó contratar a Iñaki Urdangarin por ser miembro de la Familia Real y deportista de élite, aunque “falló estrepitosamente la justificación y el control del gasto”, por lo que asumió su “culpabilidad”.
Con su declaración de arrepentimiento y el anuncio de que devolverá a las arcas públicas lo que obtenga por la venta de su casa en Palma, Matas se aseguró una rebaja de la solicitud de pena por parte de la Fiscalía y está por ver si existe un acuerdo con el ministerio público que alcanza a otras causas abiertas como la que investiga la adjudicación del hospital de Son Espases, la mayor obra pública de la isla.
Además de Ballester y Matas, también han declarado otros tres arrepentidos que buscan aminorar sus condenas: el exdirector de la Fundación Illesport, Gonzalo Bernal; el exgerente de Ibatur, Juan Carlos Alía y el ex asesor jurídico de dicha empresa pública, Miguel Ángel Bonet.
Los tres confesaron haber cometido irregularidades en la contratación de Nóos para cumplir órdenes de Matas. Aunque ninguno de ellos recibió las instrucciones directamente del presidente, no dudaban de que era su deseo y no cabía discutirlo.
Una vez que concluya la declaración de Tejeiro comenzará la comparecencia como acusados de los cinco ex altos cargos de la “rama valenciana” del caso Nóos: Jorge Vela, Elisa Maldonado, José Manuel Aguilar, Luis Lobón y Alfonso Grau.
A ellos les seguirán la esposa de Diego Torres, Ana María Tejeiro, y la infanta Cristina. Inicialmente la declaración de la infanta está prevista para el próximo viernes, pero esta fecha está supeditada a que se cumpla el resto de la programación.