La mayoría de españoles (66%) está a favor de que la Unión Europea controle mejor sus fronteras exteriores para evitar la llegada masiva de refugiados e inmigrantes económicos ilegales, según el barómetro del Real Instituto Elcano, presentado hoy, en el que el terrorismo yihadista se percibe como la principal amenaza para España.
En esta encuesta, efectuada del 10 al 23 de noviembre de 2015, se muestra que los atentados del 13 de noviembre en París tuvieron un “impacto claro”, ha señalado Carmen González Enríquez, directora del Observatorio de Imagen Exterior de España e investigadora principal del Instituto Elcano, encargada de presentar el barómetro.
Desde esa perspectiva se entiende también, según González Enríquez, que haya un aumento “muy sustancial” de las personas que opinan que el gasto militar debe mantenerse, un porcentaje que ha pasado del 28 al 50 % con respecto al último barómetro.
O que, por ejemplo, en el orden de prioridades respecto a los objetivos de la política exterior figure en primer lugar “combatir el terrorismo yihadista”, delante de “luchar contra el cambio climático”.
En ese ambiente, se detecta también una “mayor polarización” de la sociedad española en lo que se refiere a la participación en operaciones militares internacionales, con el 51 % a favor frente al 42 % en contra, al reducirse el porcentaje de los que no contestan.
También hay una mayoría, “aunque no abrumadora”, de encuestados que se manifiestan a favor del uso por Estados Unidos de la base aérea de Moron de la Frontera, en Sevilla (50 %), y del puerto de Rota, en Cádiz (51 %), en ese marco de deseo de más seguridad.
González Enríquez vaticina que ese impacto de los atentados del 13-N en París en la opinión pública será duradero.
Asimismo lo extiende también a la percepción de los españoles ante los refugiados e inmigrantes, sobre todo desde que se descubrió que algunos de los terroristas de París habían entrado a Europa en ese flujo.
La actitud de los españoles respecto a qué hacer ante la llegada de refugiados e inmigrantes económicos irregulares a Europa, que en 2015 superaron el millón de personas, es precavida y está dividida.
Una gran mayoría (73 %) cree que la integración de los refugiados en Europa no será fácil, que Europa tiene un límite de acogida (72 %) y que debe controlar mejor sus fronteras exteriores para evitar estas llegadas (66 %), lo que refleja una postura reticente.
La posición de la Comisión Europea y del Consejo de la UE de acoger a los que tienen derecho de asilo y devolver a los inmigrantes económicos ilegales se enfrenta en España a una división de opiniones, con el 45 % a favor y el 46 % en contra.
Hay también división de opiniones con respecto a si la UE está siendo poco generosa en esta crisis.
“Los españoles tienen una actitud más reservada y restrictiva que generosa y abierta ante esta oleada de refugiados”, según González, que considera “preocupante” el desconocimiento de los españoles en política exterior.
Un desconocimiento que queda muy patente en el caso del acuerdo de libre cambio comercial e inversiones (TTIP) que negocian en la actualidad Estados Unidos y la UE. Solo el 23 % ha oído hablar sobre él, pese a ser “muy importante” para el futuro, subraya González.
“Es preocupante porque indica que la sociedad española tiene todavía un nivel de desconocimiento demasiado alto” y “supone un déficit para la democracia”, lamenta la investigadora de Elcano.
En cuanto a las relaciones entre España y Marruecos, este barómetro confirma que para los españoles el país magrebí es prioritario para la política exterior española, tras la UE, y que esa importancia ha crecido de forma significativa en los últimos dos años pasando de 4,7 a 6,2, en una escala de 10.
Para los entrevistados la relación con Marruecos es importante para mejorar el control de la inmigración ilegal o la lucha contra el narcotráfico, y es “significativo” que apenas se cite Ceuta o Melilla, o las fronteras, según González.
En cuanto a la ayuda al desarrollo, el 47 % es favorable de que se mantenga como está, frente al 31 % que cree que se debe aumentar.
Por último, la inversión extranjera es percibida como positiva en general, al contrario de lo que pasa en otros países en los que “se ve como una amenaza a la soberanía nacional”.
Son bienvenidas las inversiones de Alemania, Francia y Estados Unidos, pero las de China causan mucha reticencia: un 25 % cree que deben reducirse en España.