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Una nueva cirugía usa tejido porcino para tratar la rotura de ligamentos

Cirujanos del Hospital Universitario de Bellvitge han sido los primeros en utilizar injertos de tejido porcino descelularizado en intervenciones de reparación del ligamento cruzado anterior de la rodilla, con un método novedoso que podría acortar la recuperación.
En un comunicado, el centro catalán ha detallado que se han ejecutado una decena de intervenciones que se enmarcan en un ensayo clínico que se está llevando a cabo en diez centros europeos que han sido escogidos por su experiencia en este tipo de cirugía (tres en el Reino Unido, tres en España y dos en Polonia).
En la actualidad, el tratamiento más habitual es la reconstrucción quirúrgica del ligamento roto mediante tejido del tendón del mismo paciente y, con menos frecuencia, se utiliza tejido de cadáver.
El nuevo tipo de injerto ha sido desarrollado por la empresa pública angloamericana Tissue Regenix, una spin-off de la Universidad de Leeds, y utiliza tejidos de los tendones isquiotibiales del cerdo que han sido sometidos a un proceso de descelularización.
Este proceso consiste en la extracción del ADN y cualquier otro material celular del tejido animal para que sólo quede un tejido acelular que sirve de soporte y estimula la regeneración del nuevo ligamento, con muy pocas posibilidades de provocar un rechazo del huésped.
El Hospital de Bellvitge ha destacado que el ligamento cruzado anterior “es responsable del 90 % de la estabilidad de la rodilla”, y su rotura es una de las lesiones graves más frecuentes entre los deportistas aficionados y profesionales, y suele requerir de un tiempo de recuperación mínimo de seis meses.
Aunque, hace unos años, se experimentó también con el uso de tejido animal y de material sintético, estas técnicas no obtuvieron los resultados deseados.
Las dos primeras intervenciones se llevaron a cabo el pasado 3 de diciembre en el Hospital Universitario de Bellvitge, a cargo de un equipo dirigido por el doctor Gabriel Oliver.
Los pacientes intervenidos fueron un hombre de 31 años que se había lesionado jugando al fútbol y una mujer de 32 que había sufrido la lesión esquiando.
Desde aquella fecha, se han practicado otras ocho intervenciones en este mismo centro, todas ellas con unos muy buenos resultados iniciales, que ahora habrá que corroborar con el seguimiento de la evolución a largo plazo.
Según Oliver, una de las principales ventajas que presenta este nuevo procedimiento, a la espera de la confirmación de los resultados a largo plazo, es que “ahorra” al paciente una acción agresiva como es la de extraer tejido del propio tendón para reparar otro tejido.
Asimismo, Oliver ha resaltado que esta nueva intervención “resultará más económica que la actual por la buena disponibilidad del tejido que se implanta, y es previsible también que permita una recuperación más rápida del paciente”.
Los centros incluidos en el ensayo reunirán una muestra mínima de 40 casos que serán sometidos a un seguimiento de dos años y los investigadores confían en que, si los resultados son buenos, la técnica puede ser aprobada en 2017.

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