La Audiencia Nacional juzga hoy a cuatro etarras por intentar matar tres veces en 2001 con un lanzamisiles al entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, aprovechando sus visitas al País Vasco con motivo de la campaña a las elecciones autonómicas, por lo que se enfrentan a 71 y 72 años de cárcel.
En el juicio, que se celebrará en la sede de la Audiencia Nacional en la calle Génova, se sentará en el banquillo el principal acusado: el exdirigente etarra Luis Ignacio Iruretagoyena, “Suny”, recientemente extraditado por Francia y que se enfrenta a la mayor pena que pide el fiscal (72 años de cárcel).
A los otros tres acusados -Pedro María Olano Zabala, Gregorio Jiménez Morales y Juan María Múgica Dorronsoro- el fiscal les reclama a cada uno 71 años de prisión y acusa a los cuatro de pertenencia a banda armada, tres delitos de asesinato en grado de tentativa y depósito de armas.
Según las conclusiones provisionales del fiscal, antes de su detención en 2007 en la localidad francesa de Cahors, Iruretagoyena era un miembro destacado de ETA, en la que ocupó puestos de responsabilidad en el aparato de logística.
Años antes, en agosto de 2000, se encargó de formar un grupo para realizar portes y entregas de lanzamisiles, armas y explosivos para los “comandos armados”, responsables de perpetrar los ataques terroristas.
Para ello captó a los otros tres acusados y, como responsable del grupo, se hizo cargo de la financiación que obtenía de ETA, de marcar los lugares de entrega del material a los comandos y de mantener los contactos con los etarras.
Con ocasión de las elecciones autonómicas que se iban a celebrar en el País Vasco el 13 de mayo de 2001, ETA decidió matar a Aznar aprovechando los diversos desplazamientos que tenía que realizar durante la campaña electoral, lo que intentaron en tres ocasiones pero les falló el lanzamisiles, sostiene el fiscal.
Los acusados recogieron el lanzamisiles a principios de 2001 en Francia y lo ocultaron en un inmueble abandonado ubicado en Lizartza (Guipúzcoa).
El 29 de abril de 2001, Aznar tenía programado un acto electoral en el Palacio de Euskalduna de Bilbao como inicio de la campaña electoral, por lo que dos de los acusados se desplazaron sobre las siete de la mañana hasta un paraje montañoso de Hernani (Guipúzcoa), donde ocultaron el lanzamisiles entre unas zarzas.
Al día siguiente del acto electoral y como no se había llevado a cabo el atentado, los acusados recogieron el lanzamisiles y lo volvieron a ocultar en Lizartza.
El 4 de mayo, Aznar protagonizaba otro acto electoral en San Sebastián e iba a desplazarse desde el aeropuerto de Fuenterrabía, ante lo que los etarras fueron a Oiartzun (Guipúzcoa), donde depositaron el lanzamisiles en un lugar acordado, pero tampoco pudieron cometer el atentado y lo llevaron de nuevo a Lizartza.
Finalmente, Aznar intervino el 11 de mayo en el polideportivo Sansomendi de Vitoria, y ese día los terroristas se desplazaron hasta la cercana localidad alavesa de Burgueta para colocar el lanzamisiles, pero tampoco pudieron llevar a cabo la acción.
Al día siguiente llevaron el lanzamisiles a un garaje propiedad de Iruretagoyena, que quería comprobar su estado ya que no habían conseguido atentar contra Aznar debido a su mal funcionamiento y el comando lo devolvió a la banda en Francia en la Semana Santa de 2002.