La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advertió hoy a los líderes del G20, reunidos este fin de semana en Turquía, que un crecimiento económico basado en un aumento de la desigualdad no es sostenible.
“Estamos preocupados por el tipo de crecimiento que se está generando, porque no es sostenible”, aseguró ante la prensa el secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría.
“No es sostenible socialmente, porque la desigualdad está en su nivel más alto en muchos países de la OCDE. Y la desigualdad en las economías emergentes es incluso mayor”, agregó.
“La OCDE ha advertido de que esto tiene un impacto negativo sobre el crecimiento”, indicó, para asegurar que los trabajos de baja calidad y la economía informal son otros elementos relacionados con este aumento de la desigualdad.
El lema del G20, presidido este año por Turquía, es “Juntos por un crecimiento robusto e inclusivo”, y Gurría ha destacado la aportación de la OCDE en estrategias contra la desigualdad, como las de fomentar el empleo juvenil y mejorar la calidad del trabajo.
Por su parte, la secretaria general de la Conferencia Internacional de Sindicatos (ITUC, en sus siglas en inglés), Sharan Burrow, demandó para los trabajadores “una parte justa de la riqueza” y declaró que “si el salario mínimo no sirve para vivir entonces no hay dignidad para ellos”.
“Pedimos a los líderes del G20 que no nos fallen, porque ponen en riesgo su propia credibilidad. Necesitamos que tengan éxito”, aseveró la líder sindical durante la cumbre de líderes sindicales que se celebra con motivo de la reunión del G20.
El crecimiento económico y la necesidad de reactivar la economía mundial debían centrar esta cumbre, pero los atentados terroristas de París, que han dejado más de 120 muertos, han adquirido el protagonismo en Antalya.
No podía ser de otra manera, teniendo en cuenta no sólo la importancia de los líderes que acuden, sino también el país que lo acoge: Turquía, fronterizo con Siria.
La propia Antalya se encuentra a poco más de 500 kilómetros de la frontera con Siria, un país desde hace cuatro años en una guerra civil y en donde actúa, entre otros el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los nubarrones sobre la economía mundial, marcada por una desaceleración de China, un crecimiento anémico de la Eurozona y los emergentes pasando por un mal momento debido a la caída de las materias primas se ha traducido en un modesto crecimiento de los intercambios comerciales.
Gurría incidió en una “caída dramática del crecimiento del comercio internacional”, que sólo aumentará un 2 % este año, es algo que sólo ha pasado en cinco años durante el pasado medio siglo.
“Cada vez que ha pasado esto, hubo una recesión, no significa necesariamente que vaya a haber una sino que el tamaño del desafío es enorme”, advirtió.
El economista mexicano también destacó que los líderes del G20 adoptarán en esta cumbre un plan de acción de la OCDE para luchar contra la erosión de la base fiscal y la transferencia de las ganancias de las corporaciones multinacionales (BEPS, en inglés).
“Esta es la culminación de un intenso trabajo desde la crisis para sentar las bases de un sistema fiscal internacional más transparente, eficaz y justo”, destacó Gurría.
El G20 se había comprometido a reformar las políticas fiscales internacionales, que incluyen obligar a las grandes compañías multinacionales a compartir más datos con las fiscos nacionales.
Según los datos de la OCDE, entre 100.000 y 240.000 millones de dólares se pierden anualmente debido a la ingeniería fiscal de las multinacionales.
Este plan, sin embargo, les parece insuficiente a algunas organizaciones de la sociedad civil como Tax Justice Network y Oxfam, que publicaron recientemente un estudio sobre evasión fiscal de las grandes corporaciones.
Según ese estudio, las empresas estadounidenses trasladaron a países con muy baja fiscalidad entre 500.000 y 700.000 millones de dólares en ganancias solamente en 2012.
Antes del inicio mañana de la cumbre del G20 se reunirán los países del BRICS, formado por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica.
China abogó hoy por un precio de las materias primas equilibrado que beneficie tanto a los países importadores como a los exportadores, cuyas economías se han visto afectadas por la caída de las cotizaciones internacionales.