La recaudación procedente del IRPF subió el 0,4 % hasta septiembre en términos homogéneos (corregidos los distintos ritmos de devolución e ingreso) a pesar de la bajada de tipos adelantada a julio, aunque por ese mismo motivo ha frenado su crecimiento respecto a agosto, cuando se incrementó el 1 %.
Estos datos han sido facilitados a EFE por fuentes del Ministerio de Hacienda, que también han adelantado que hasta septiembre los ingresos procedentes del Impuesto de Sociedades aumentaron el 21,3 % en términos homogéneos, en línea con la subida experimentada hasta agosto (21,6 %), mes en el que se contabiliza la mayor parte de las declaraciones del ejercicio 2014 presentadas a finales de julio.
Hasta el mes de agosto la reforma del IRPF había tenido un coste para las arcas públicas de 2.578 millones, según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, ya que en ese mes comenzó a notarse el efecto del adelanto a julio de la rebaja de tipos prevista para 2016, que se suma a la que entró en vigor a comienzos de 2015.
No obstante, el impacto completo se nota en la recaudación de septiembre, una vez que todas las empresas -y no solo algunas de las grandes corporaciones- tienen aplicadas unas menores retenciones a sus trabajadores.
En el Impuesto de Sociedades, por su parte, la declaración presentada en julio no está todavía afectada por la última reforma fiscal y el aumento de su recaudación es el reflejo de la recuperación de los beneficios empresariales en el pasado ejercicio.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya avanzó hace unos días que la recaudación bruta por IVA de las grandes corporaciones había subido hasta septiembre el 7,9 % y la de las pymes, el 11,5 %, en tanto que los pagos fraccionados del IRPF de profesionales y de autónomos habían aumentado el 12,6 %.
Para el Gobierno la mejora de los ingresos tributarios respecto a lo presupuestado es uno de los pilares sobre los que se sustenta su insistencia en que se conseguirá reducir el déficit del conjunto de las administraciones públicas al 4,2 % del PIB comprometido para este año, en contra de las advertencias sobre el riesgo de incumplimiento lanzadas desde la Comisión Europea.
Los otros tres pilares son el menor coste de la financiación de la deuda, el ahorro en prestaciones por desempleo y el previsible superávit presupuestario de los ayuntamientos al cierre del ejercicio, ya que en el primer semestre del año acumulaban un saldo positivo de 2.343 millones, el doble que en el mismo periodo de un año antes.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, cifraba esta semana en 8.500 millones de euros (equivalentes a unas ocho décimas del PIB) el margen presupuestario aproximado con el que contará el Estado al final de 2015.
A ello se suma el excedente de las corporaciones locales, que si fuera similar al de 2014 (0,57 % del PIB) permitiría contar con 1,37 puntos de PIB extra para compensar las desviaciones que el Ejecutivo da por hecho que se producirán en el saldo de las comunidades autónomas y la Seguridad Social.