La sesión de investidura del nuevo presidente de la Generalitat fruto de las elecciones de este domingo deberá celebrarse, si se agotan todos los plazos, el 9 de noviembre, una fecha simbólica ya que se cumpliría justamente un año de la consulta alternativa sobre la independencia de Catalunya.
La sesión constitutiva del Parlament deberá ser convocada por el presidente catalán, Artur Mas, para que tenga lugar dentro de los 20 días hábiles posteriores a las elecciones del 27S, por lo que el 26 de octubre es la fecha límite.
Una vez constituido el Parlament de la nueva legislatura y escogida la presidencia de la cámara, así como el resto de miembros de la Mesa, en los diez días hábiles posteriores deberá celebrarse el debate de investidura del nuevo presidente de la Generalitat, lo que sitúa el 9N como fecha máxima.
Corresponde a la persona que ostente la presidencia del Parlament abrir consultas durante estos días con los líderes de los partidos que hayan obtenido representación parlamentaria, para explorar quién puede contar con el apoyo mayoritario de la cámara.
Junts pel Sí, la candidatura que todas las encuestas sitúan como vencedora de las elecciones del 27S, ya ha avanzado que propondrá a Mas, que figura como número cuatro de una lista que encabeza Raül Romeva, para continuar al frente del Govern.
Pero en caso de no obtener la mayoría absoluta de 68 diputados, Junts pel Sí buscará la complicidad de la CUP, la otra candidatura que se presenta a los comicios con la independencia en su programa y cuyos escaños podrían ser decisivos.
La sesión de investidura arrancará con la intervención del candidato propuesto por la presidencia del Parlament, que a continuación iniciará un debate con los líderes de cada grupo parlamentario.
Al final del debate, que suele prolongarse a lo largo de dos jornadas, se procederá a una primera votación, en la que quien se postula para ocupar la presidencia de la Generalitat deberá obtener la mayoría absoluta de los votos, es decir, un mínimo de 68 sobre 135.
En caso de no reunir suficientes apoyos, puede someterse dos días después a un segundo debate, que culminará con otra votación en la que es suficiente la mayoría simple de la cámara, es decir, más votos a favor que en contra.
Si Junts pel Sí no alcanza la mayoría absoluta, Mas deberá convencer a la CUP para que no obstaculice su investidura, si bien el cabeza de lista de la izquierda independentista, Antonio Baños, ya ha advertido de que hará "todo lo posible" para que no sea él quien presida el nuevo Govern ni tampoco forzará nada que haga "descarrilar" el proceso soberanista.
En caso de que no se llegase a un acuerdo, Catalunya podría verse arrastrada a unas nuevas elecciones anticipadas: el artículo 67.3 del Estatut prevé que, si transcurridos dos meses desde la primera votación de investidura sigue sin haberse podido elegir al nuevo president, el Parlament queda disuelto "automáticamente".
Entonces, el presidente de la Generalitat en funciones debe convocar elecciones "de manera inmediata", para que puedan tener lugar al cabo de 54 días.
Si se llegara a este escenario, y agotando los plazos previstos, el Parlament quedaría disuelto en la primera quincena de enero y las nuevas elecciones anticipadas en Catalunya podrían celebrarse hacia principios del mes de marzo.