Los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo, Fomento, Ana Pastor, e Industria, José Manuel Soria, viajan hoy a Irán, apenas dos meses después de la firma del acuerdo nuclear, en una visita que tiene como objetivo estimular la relación bilateral y que cuenta con un marcado carácter económico.
El acuerdo alcanzado en julio entre seis potencias e Irán para limitar su programa nuclear a cambio de un levantamiento de sanciones es el punto de partida de este viaje oficial en el que los tres ministros viajan acompañados por una delegación de cuarenta empresarios españoles, según han informado fuentes diplomáticas.
El jefe de la diplomacia española mantendrá mañana, lunes, en Teherán reuniones con su homólogo iraní, Mohamad Yavad Zarif, con Akbar Hashemi Rafsanyani, presidente del Consejo de Discernimiento y expresidente entre 1989 y 1997, y con Alí Akbar Velayatí, exministro de Exteriores durante 16 años y actualmente consejero en política internacional del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei.
Sin contenciosos bilaterales con Irán, España se prepara así para recuperar las importantes relaciones comerciales y económicas que mantenía con este país y abrir nuevas vías para que cuando se vayan levantando las sanciones se puedan alcanzar acuerdos.
España siempre ha apoyado una negociación que condujera al acuerdo que, en opinión de las fuentes, puede ayudar a propiciar que sectores moderados en Irán, entre ellos su presidente, Hassan Rohaní, puedan seguir teniendo peso en la República Islámica.
Estimular y recuperar la relación bilateral entre España e Irán es así uno de los principales objetivos entre dos países que tienen muchos sectores potenciales en los que pueden colaborar, como las infraestructuras -especialmente en las líneas ferroviarias-, la energía, el turismo, el sector financiero y la cultura.
Las fuentes diplomáticas han explicado que se abre en Irán una nueva etapa tras el acuerdo nuclear y muchas oportunidades de negocio y que España quiere, al igual que ya están haciendo otros países europeos, posicionarse en la que es la segunda economía de la región en términos de PIB, por detrás de Arabia Saudí.
España, que ve “histórico” el acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Francia, China, Rusia, Reino Unido y Alemania), está muy implicada en este asunto puesto que es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en el bienio 2015-2016 y preside además el Comité encargado de vigilar y controlar el cumplimiento de las sanciones al país islámico.
“Es un momento de esperanza pero también de cautela”, advierten las fuentes diplomáticas, que añaden que Irán -que celebrará el próximo mes de febrero elecciones parlamentarias- deberá cumplir las condiciones del acuerdo para que se vayan levantando las sanciones.
En los encuentros que García-Margallo mantendrá en Teherán, donde ya estuvo en marzo de 2014, trasladará que el acuerdo nuclear del 14 de julio fue una “muy buena noticia pero que tiene que seguir siéndolo día a día” y que ésta es una fase decisiva para constatar si tiene visos de futuro o no.
El jefe de la diplomacia española también expresará a las autoridades iraníes el deseo de que en el transcurso de 2016 desaparezca ese comité 1737 encargado de vigilar las sanciones al país y en el que España actúa de “árbitro” al presidirlo.
También trasladará la importancia de que Irán dé pasos positivos en materia de derechos humanos, en particular en la pena de muerte, cuyas cifras se elevaron en 2014.
En materia económica, las oportunidades de negocio se irán abriendo según se vayan retirando las sanciones, por lo que las empresas españoles están empezando a posicionarse.
En la delegación oficial viajan representantes de hasta cuarenta empresas, entre ellas Cepsa, Gas Natural, Hotusa, Indra, Intecsa, OHL, Paradores, Repsol, Grupo Sacyr, Seat, Ineco, Isolux, Gamesa, Taurus Group o Sercobe, entre otras.
Irán es un mercado de 80 millones de personas, con un elevado nivel de preparación, una renta per cápita media de 22.884 dólares, un crecimiento del PIB del 2 % y un PIB de 412.977 millones de dólares, lo que le hace ser la segunda economía de la región.
Cuenta además con las terceras mayores reservas de crudo del mundo y es el quinto país productor de gas natural.
Con motivo de las sanciones, Irán necesita una modernización de sus estructuras, sobre todo en términos de transformación y transporte, para lo cual requiere tecnología extranjera.
La economía iraní tiene dos rasgos fundamentales: depende sobre todo de las exportaciones de crudo y tiene un peso excesivo dentro de su estructura el sector público, que controla cerca de tres cuartas partes de la economía nacional.
El presidente Rohaní, según las fuentes, está tratando de corregir esta situación que hará que haya más oportunidades para la inversión extranjera.
España parte en igualdad de condiciones con el resto de países europeos y su objetivo es posicionarse “cuanto antes”, tras años en los que el régimen de sanciones ha afectado de manera considerable a las relaciones económicas y comerciales con Irán.
En 2011, antes del régimen de sanciones, España importó de Irán cerca de 4.000 millones de euros de petróleo -el 97 % de las importaciones de Irán era crudo-, en tanto que en 2013 se importó por 85 millones, desapareciendo totalmente la importación de crudo.
En 2014 España exportó a Irán 296 millones e importó por 130 millones, una tasa ahora favorable a España que antes le era desfavorable, según las fuentes.
Los sectores en los que las empresas españolas pueden encontrar hueco son las infraestructuras, especialmente las ferroviarias, donde hay tres proyectos, uno de ellos a corto plazo como es el tren de velocidad alta Teherán-Mashhad: 925 kilómetros que se pretende recorrer en seis horas y que transportaría a 50 millones de pasajeros y 313 millones de toneladas de carga al año.
Fuentes diplomáticas explican que aún está por hacer la instalación eléctrica y la línea férrea.
Otro proyecto es el tren Teherán-Tabriz, con un recorrido de 800 kilómetros, y la línea que unirá la capital iraní con Isfahán, aunque este ya lo están llevando a cabo empresas chinas.