El número de personas que sabe hablar el catalán ha aumentado en Cataluña en más de 9 puntos porcentuales desde 1986 y se sitúa en el 80,4%, mientras la población que lo entiende alcanza el 94,3%, quienes lo saben leer representan el 82,4% y los que saben escribirlo, el 60,4%, el doble que hace 20 años.
Estos datos constan en el Informe de Política Lingüística 2014 que el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ha entregado a la presidenta del Parlament de Catalunya, Núria de Gispert, en un encuentro en el despacho de audiencias de la cámara catalana.
Según este informe, en Cataluña el 48,1% de la población tiene un nivel alto de catalán en todas las habilidades, lo que supone casi tres millones de personas, el 17,5% lo habla sin dificultad, pero tienen niveles bajos de lectura y escritura, el 7,8% puede entenderlo y leerlo, pro lo habla y escribe con dificultad, un 10,5% tiene un nivel bajo en todas las habilidades, el 5% lo entiende y lo lee con dificultad, pero no lo sabe hablar y, finalmente, el 11,1% no lo entiende o lo entiende con mucha dificultad.
Tras presentar el informe, Mascarell ha destacado que "la salud del catalán se mantiene pese a las ofensivas del Estado" y ha añadido que "el conocimiento se refuerza y aumenta la población que usa y se identifica con el catalán".
Así, el catalán se sitúa, según el conseller, en "una línea de refuerzo progresivo, lenta pero segura", ya que aumenta el porcentaje de población que lo entiende y lo sabe leer, pero desciende la proporción de los que lo saben hablar y escribir.
Esto constituye para Mascarell un logro, pese a "las políticas ofensivas y ridículas, muy contrarias a la lengua catalana" del Estado, por lo que ha pedido al Gobierno "que no ponga dificultades" y que dé al catalán "el mismo apoyo que al castellano".
Las razones por las que se ha "superado una etapa tan dura" las encuentra Mascarell en "la enormemente complicad" entre el impulso de la Generalitat de "políticas para corregir tendencias y dificultades" y "la voluntad de la ciudadanía" que ha escogido usar el catalán en el trabajo y en sus relaciones sociales.
Además de lo que el conseller ha denominado "problemáticas con determinados ministros que, por suerte los ritmos de la vida democrática ha hecho desaparecer", ha añadido que cabe tener en cuenta "los cambios demográficos y tecnológicos" que han dificultado aún más la expansión del catalán.
Por otro lado, Mascarell ha puesto de relieve que la diversa procedencia de los habitantes de Cataluña: "el catalán se despliega con normalidad en un contexto de naturalidad con otras lenguas", es decir, el catalán "no excluye el uso del castellano, el inglés o el francés, entre otros".
En 2014, por primera vez desde 2008, la población extranjera o del resto de España disminuyó: el 64,3% de la población nació en Cataluña, el 18,5% en otras comunidades autónomas y el 17,2% en otros países.
Aún así, el conseller descarta que un escenario plurilingüe debilite la lengua propia, ya que confía que los venidos desde fuera "adopten el catalán como lengua de uso" social y laboral.
De esta manera, Mascarell considera que "lejos de las hipótesis que hay comunidades diferenciadas en función de la lengua", el catalán es "un indicador de calidad democrática" porque una vez se aprende, "da igualdad de posibilidades a todos de participar en la vida social del país".
En cambio, un dato al que el conseller da mucha importancia es el del "tránsito de lengua inicial a lengua de identificación", es decir, personas que han adoptado el catalán a pesar de tener otros orígenes lingüísticos, lo que en 2014 declaraban haber hecho el 12,1% de la población.
Las políticas del Departamento de Cultura se han centrado en "la promoción de la lengua, y el despliegue de herramientas para aumentar su uso", con actuaciones como la enseñanza de catalán a adultos, los exámenes y certificación de nivel, fomento de catalán en las pimes y otras entidades, con la juventud y ocio, en los ámbitos administrativos como sanidad y justicia
El ránking de países que imparten catalán está encabezado por los Estados Unidos, con veinticuatro universidades, seguido por Alemania, con veinte, mientras que España tiene cuatro.
Además del Informe, Mascarell ha entregado hoy a la presidenta del Parlament de Catalunya el documento de síntesis del grupo de trabajo del "Acord Nacional per a la Cultura", momento que se pospuso tras la convocatoria de elecciones del 27 de septiembre, para incorporar las sugerencias de los demás grupos parlamentarios en las enmiendas recibidas, y que el documento fuera aprobado por "el número más amplio posible del parlamento".
El objetivo del Acord es "desplegar ideas de fondo, la base en la que todos los grupos políticos estamos de acuerdo" sobre la que fundamentar futuras políticas lingüísticas y culturales, sobre los equipamientos, el sistema bibliotecario, financiación y fiscalidad, y relaciones con otros ámbitos, como el turismo o la educación, ha sintetizado el conseller.