La mayor parte de los jóvenes que viajaban de Bilbao a Amsterdam en el autobús que se empotró contra un puente demasiado bajo en la periferia de Lille (norte de Francia) regresó hoy a España, mientras que las trece personas heridas que siguen ingresadas irán dejando el hospital a lo largo de la semana.
Tres de los heridos “van a ser dados de alta y podrán partir hoy”, informó el embajador de España en Francia, Ramón de Miguel, durante una conferencia de prensa en el hospital universitario de la ciudad, y agregó que se espera que el resto abandone la clínica “durante el próximo fin de semana o el lunes”, 3 de agosto.
El último parte médico emitido por ese centro dio cuenta de que siguen ingresados trece españoles de entre 19 y 29 años, aunque fuera de peligro, de los 34 que llegaron a atender tras el accidente.
Diez personas están en la unidad de neurocirugía, otra en los servicios de cirugía torácica y otra más en la unidad de reanimación de neurocirugía, mientras que un decimotercer afectado se encuentra en “cuidados intensivos de reanimación en neurocirugía”.
El viceconsejero de Salud del Gobierno vasco, Guillermo Viñerga, y el director de Asistencia Sanitaria del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Antonio Arraiza, confirmaron que todos los heridos están “evolucionando bien” y que entre hoy y mañana recibirán el alta seis de ellos.
El resto confiaron en que saldrán del hospital “a lo largo de la semana o de cara al fin de semana”, si bien algunos deberán ser trasladados a hospitales vascos, en concreto las personas que han sufrido lesiones en vértebras.
La mayor parte de los jóvenes que resultaron ilesos o heridos leves y que pasaron la noche en un centro deportivo del municipio de La Madeleine cercano al lugar del accidente, viajaron en la mañana en autobús hasta el aeropuerto parisino de Orly para tomar un vuelo en dirección a Bilbao, donde aterrizaron pasadas las 13.00 GMT.
El autobús siniestrado, con 59 pasajeros abordo -la mayoría estudiantes universitarios vascos-, quedó a las 03.29 GMT del domingo sin el techo e incrustado en mitad de un túnel demasiado bajo (de 2,60 metros) del Grand Boulevard de la periferia de Lille, cerca de la frontera belga.
El encargado de la agencia de viajes bilbaína Livingstone, organizadora del itinerario, dijo hoy a Efe que en ese momento “el 98 %” del pasaje iba durmiendo, por lo que en su opinión el hecho de estar reclinados o con la cabeza agachada evitó que hubiera más heridos o lesiones de mayor gravedad.
Por su parte, la Fiscalía francesa presentará cargos por “heridas involuntarias” contra el chófer, informaron hoy a Efe fuentes de la delegación del Gobierno francés.
El artículo 222-19 del código penal francés describe el delito contemplado como las lesiones a terceros por “torpeza, imprudencia, falta de atención, negligencia u omisión de la debida atención a una obligación de seguridad o de prudencia”.
Si la víctima queda inhabilitada para trabajar durante menos de tres meses, la pena consiste en una multa de hasta 1.500 euros mientras que si las lesiones impiden que desarrolle su actividad laboral durante más de ese plazo, la sanción puede alcanzar los dos años de cárcel y 30.000 euros de multa.
El conductor, que será llevado ante el juez en la tarde de hoy y se encuentra detenido desde el accidente, dio negativo en los test de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron el domingo.
Durante su interrogatorio ante los fiscales reconoció que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta.
El embajador español aseguró que el chófer está “muy traumatizado” y afirmó que el consulado “se encarga de la defensa de los españoles con problemas jurídicos en este país”.
En opinión de Ramón de Miguel, el lugar del accidente “no tenía la señalización suficiente”.
“No tenía el arco con cadenas que se suele poner porque lo había roto un camión, ni tampoco tenía advertencia luminosa y a esa hora es muy difícil, entrando en una vía abierta de doble sentido que es una circunvalación, pensar que es un túnel en esas circunstancias”, apuntó.
Subrayó que “todo parece indicar que era difícil haberlo visto, pero la investigación lo determinará”.
El presidente del consejo departamental de Lille, Jean-René Lecerf, indicó a Efe el domingo que la zona en donde se produjo el siniestro cumplía con la normativa, aunque apuntó que faltaba un dispositivo adicional y no obligatorio que impacta a 150 metros antes del túnel contra el vehículo si supera la altura máxima.