Un 47,1 por ciento de las personas sin hogar ha sufrido un incidente o delito de odio por la intolerancia y los prejuicios hacia su situación de exclusión social extrema y, de este porcentaje, un 81,3 por ciento ha pasado por esta experiencia en más de una ocasión.
Estos datos se desprenden de una investigación pionera en España para conocer la prevalencia de los delitos de odio contra las personas sin hogar atendidas por las organizaciones del Observatorio Hatento, entre ellas la Asociación Pro Derechos Humanos (APDHE).
Ser mujer, tener un origen español, tener problemas de consumo de alcohol y llevar más tiempo de estancia en la calle son factores que incrementan la vulnerabilidad de las personas sin hogar frente a este tipo de situaciones, según el informe.
El 87 por ciento de las personas responsables de los incidentes o delitos de odio fueron hombres y un 57 por ciento tenían entre 18 y 35 años, de acuerdo con la información proporcionada en las entrevistas.
En el 28,4 por ciento de las experiencias analizadas, los responsables de la agresión o humillación fueron chicos jóvenes que estaban de fiesta, un 10,1 por ciento de los entrevistados relataron experiencias relacionadas con el trato recibido por los servicios policiales y los grupos nazis estuvieron implicados en un 7,3 por ciento de los incidentes.
El trabajo está basado en entrevistas a 261 personas sin hogar realizadas en las localidades de Alcobendas (Madrid), Barcelona, Bilbao, Madrid, Móstoles (Madrid), Murcia, San Sebastián y Sevilla entre el 1 de diciembre de 2014 y el 30 de abril de 2015.
De las 123 personas entrevistadas que afirmaron haber sufrido al menos un incidente o delito de odio, 121 accedieron a contar su experiencia, dos pidieron no seguir con la entrevista y siete se descartaron por inconsistencias en el discurso, por lo que el análisis se realizó a partir del relato de 114 episodios.
En un 42,9 por ciento de los casos, las personas sin hogar fueron insultadas o tratadas de manera vejatoria, mientras que en 40,8 por ciento sufrieron agresiones de carácter físico.
En un 61,1 por ciento de los casos hubo mensajes ofensivos relacionados con la expulsión del espacio en el que se encontraba la víctima, amenazas, insultos o calificativos denigrantes como "vete a dormir al vertedero", "te vamos a matar", "eres una escoria humana" o "eres una vergüenza para España".