Opinió

El complejo de Mútua tiene que ser público

Antonio Machado

Este lunes, día 3 de mayo, ha habido otra concentración ciudadana frente a MútuaTerrassa. Forma parte de las movilizaciones que lleva a cabo MPD

Esta pandemia ha puesto al descubierto muchas cosas. Entre ellas la debilidad de nuestro sistema sanitario. Sólo salvado por la capacidad de respuesta del colectivo humano, pero los gestores públicos han sido unos incompetentes, como lo son el resto de áreas en manos de los políticos.

Además de los problemas directos, derivados del ámbito de lo público, hay que añadir el factor privado como elemento de incidencia negativa en el objetivo de buscar mayor efectividad a la atención sanitaria ciudadana. Terrassa y su área de influencia (Rubí, Sant Cugat, Viladecavalls, Valldoreix, Ullastrell, Olesa de Montserrat) están en manos del emporio sanitario de Fundació Assistencial Mútua Terrassa.

Está organizado de forma que la gestión relacionada con la asistencia sanitaria sea satisfecha totalmente en sus necesidades.
Tienen incidencia desde la docencia e investigación (Fundació per la Docència i Recerca MútuaTerrassa), pasando por:
La asistencial (Fundació Assistencial MútuaTerrassa) que da servicio a la asistencia primaria donde dispone de tres CAP (Oest, Rambla, y Terrassa Sud) en nuestra ciudad, 2 en Viladecavalls, 1 en Olesa, 4 en Sant Cugat, 1 en Rubí, 1 en Valldoreix y 1 en Ullastrell.

El resto de CAP (Terrassa Est, Sant Llàtzer , Terrassa Nord) son del Consorci Sanitari, y el CAP (Antoni Creus de Can Parellada), de la Generalitat de Catalunya. El Hospital Universitari MútuaTerrassa está incluido en el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña (SISCAT) con concierto con el CatSalut de la Generalitat de Catalunya para la prestación de servicios asistenciales a los usuarios de la Seguridad Social en el área de Terrassa y zona de influencia.

Además disponen de unidades asistenciales de medicina avanzada y organizada jurídicamente como entidad propia: Centre de Tecnologia Diagnòstica. Unidad de Hemodinámica del Servicio de Cradiología. Unidad HIFU.

También disponen de la asistencia sanitaria como clínica privada en la fase de consultas externas denominada Àptima Centre Clínic Mútua Terrassa. Tienen centros en Sant Cugat y Sabadell.

Además han creado entidades adicionales para darse ellos mismos los servicios no específicamente asistenciales como son: AXIOMA (servicios de apoyo sanitario), CATLAB (laboratorio de análisis), EGARMATIC (gestión informática).

Por último el Campus Universitari de Salut dedicado a la formación académica basada en la gestión del conocimiento, espacios y tecnología para la investigación y la docencia, colaboración con universidades y centros de estudios de gran prestigio.

Este emporio al ser privado y perseguir objetivos de rentabilidad financiera supone un sobrecoste para las arcas públicas que sostienen esta delegación de prestación de servicios para la ciudadanía, lo que desde el punto de vista de justicia social es injusto.

Además no es casual que las listas de espera para la atención sanitaria en Catalunya, las generadas por MútuaTerrassa, sean las peores, antes de la pandemia. En la fase postpandemia será aún peor al suspenderse todos los procesos pendientes de resolución, acrecentados por los efectos secundarios en nuestra salud generados por la Covid. Situación que le favorece a la hora de desviar la asistencia pública contratada por el ICS a su parte de clínica privada.

En estos momentos hay médicos de Mútua que aconsejan a sus pacientes que se hagan las pruebas pertinentes en centros privados. Qué casualidad, Mútua tiene también ese servicio.

Esta situación de colapso en la pública está incidiendo anualmente en un 5% de crecimiento de los seguros privados. Situándose en Catalunya en el 40% de los catalanes en el 2020.

Si además vemos la nula voluntad fiscalizadora del Govern de la Generalitat respecto a los gastos en sanidad, cuando Catalunya es la primera comunidad autónoma en conciertos millonarios por encima del resto de España en beneficio de la sanidad privada. El govern destina 2.300 millones de los PGCAT a los conciertos sanitarios. Parte de ese dinero va para MútuaTerrassa.

Recordemos sus instrucciones para que los +80 años no se trasladaran a los centros hospitalarios. Eso costó miles de muertes.

Pero ahí están, siguen con sus “tiras y aflojas” en unas negociaciones para el “nou govern” que de buen seguro será igual de incompetente que el anterior. Sólo hay que ver qué está pasando con las vacunas, ni ellos saben qué vacunas nos van a inyectar, y la planificación tan absurda que están desarrollando, donde debemos desplazarnos hasta 60 Km para ponernos la dosis que nos corresponde.

Debemos luchar para que toda la asistencia sanitaria de Terrassa sea de titularidad pública, debe pasar a formar parte del ICS totalmente, con una estructura de gobierno donde esté la ciudad de Terrassa representada, junto con el Hospital de Terrassa.

El consorcio de Mútua debe ceder a los poderes públicos su hospital y los ambulatorios que ha amortizado con creces con los recursos públicos que ha recibido por llevar más de 60 años prestando la asistencia sanitaria en la comarca por concesión del servicio. Los bienes materiales del Hospital de Mútua forman parte de la reversión de bienes que se generan en los procesos de concesión de servicios públicos a entidades privadas.

Es curioso ver que ningún movimiento ciudadano reclama la reversión de Mútua, cuando ése debería ser el camino para asegurar que nuestra asistencia sanitaria deje de ser fuente de riqueza y para acabar con las listas de espera como motor que alimenta las suscripciones a esos seguros privados.

Presentar escritos de protesta está muy bien. Presentar denuncias al ICS, también. Hacer mociones al Ayuntamiento por supuesto, pero ahora deberíamos aplicar aquellas palabras que tanto gustan a los gobernantes y su policía. La respuesta ha sido proporcional a las consecuencias recibidas. Apliquemos esa reflexión a la situación sanitaria, pero apliquémosla en serio, sin bagajes, con contundencia, y sobre todo con un gran sentido de defensa de nuestros derechos, y con la fuerza que nos debe dar nuestra dignidad como seres humanos. Lo demás sólo sirve para satisfacción del adversario.

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