La siguiente historia es sobre una de los miles de emprendedores que han sido victimas indirectas del Covid-19.
Como la mayoría de la población ajena de lo que estaría por llegar, decidió emprender y abrir un pequeño negocio el cual era su gran ilusión y como tal invirtió todas sus fuerzas, ahorros y tiempo. Tras varios meses de planificación y de trabajo duro, por fin llegaría el día en el que haría realidad su sueño, y ese día tuvo lugar el 16 de Febrero del 2020. Empezó con mucha motivación, una etapa que marcaria un antes y un después tanto a nivel profesional como personal.
A pocos días de haber empezado, como cualquier otro negocio, las dificultades no son pocas, dificultades que incluso en una situación normal sin pandemia complican el desarrollo de un nuevo proyecto.
Cuando por fin creía que la situación estaba mejorando declararon el estado de alarma. Totalmente perdida, sin saber que seria de su negocio se vio obligada a cerrar. Una situación desesperante para alguien que acaba de invertir todo lo que tenia. Las facturas seguían llegando y la desesperación aumentaba junto a la desilusión. Lo que antes era un sueño perfecto ahora se está convirtiendo en una autentica pesadilla. Y la falta de ingresos y ayudas a los autónomos empeoraba más la situación.
Con un poco de suerte e insistencia está saliendo adelante poco a poco pero por desgracia no todos han tenido la misma suerte. Como sabemos hay casos en los que han tenido que echar el cierre definitivamente sin segundas oportunidades.
Lamentablemente es una situación la cual nos costará mucho superar, ya que algunos daños son irreparables.