A fecha de 4 de octubre, Terrassa acumula 5.138 casos positivos de COVID-19 y desde el inicio de la pandemia han fallecido 278 personas. La curva que indica el riesgo de rebrote en la ciudad menguó a finales de agosto, pero en octubre vuelve a triplicar el valor de riesgo alto.
Parecemos condenados a que cíclicamente padezcamos incrementos de casos positivos y eso es señal de que no lo sabemos todo del virus, y de que, aun sabiendo cosas, cometemos errores. Un hecho que me gustaría resaltar en este escrito es que los estudios que se han ido sucediendo sobre la pandemia a lo largo del presente año han ido incorporando datos cada vez más precisos sobre las vías de contagio del virus. En este sentido, y con relación a las posibilidades de transmisión al tocar objetos y a la transmisión aérea, se está llegando a un consenso en la idea de que la transmisión por contacto no es tan significativa como en un principio se creía.
A este respecto, la Organización Mundial de la Salud todavía no dispone de pruebas concluyentes de que el coronavirus pueda contagiarse a través de un contacto con una superficie artificial como pomos de puertas, teclados, botoneras, etc. En la misma línea la prestigiosa revista médica The Lancet, la U.S. Centers for Disease Control and Prevention, y recientemente en la revista Science y la Universidad Johns Hopkins, advierten que la transmisión del virus a través de superficies no es tan relevante, comparada con que la inmensa mayoría de los contagios se dan a través de aerosoles respiratorios. Los cuales, a diferencia de las gotículas, pueden mantenerse en suspensión en el aire durante bastante tiempo en lugares cerrados y poco ventilados. Ya hay estudios donde se concluye que las personas contagiadas de SARS-CoV-2 exhalan muchísimos más aerosoles que gotículas. Esto no niega que siga siendo altamente recomendable mantener higiene de manos como medida de precaución, pero sí que aconseja poner el foco en la transmisión aérea.
Por lo anterior, y en una situación como la actual en la que las restricciones en lugares cerrados son habituales ante la serie de rebrotes que se están sucediendo, conviene señalar que quitarse la mascarilla cuando estamos en reuniones con amigos y familiares debería ser una excepción y no la norma. Es fundamental tener la mascarilla bien puesta en todo momento cuando se está en lugares cerrados, con especial preocupación en espacios como casas, bares o restaurantes en los que comemos o bebemos, y por tanto nos quitamos la mascarilla. La inmensa mayoría de los focos parecen proceder de ahí: llegamos a casa de unos amigos o familiares con la mascarilla puesta, pero al entrar nos la quitamos y nos ponemos a hablar, comer y beber en su interior. Los científicos advierten de que el riesgo de contagiarse de COVID en interiores podría ser casi veinte veces mayor que en el exterior.
Los ciudadanos de Terrassa están demostrando un gran civismo a lo largo de la presente crisis, siendo una ciudad que hasta ahora ha podido contener la propagación en comparación con otras en circunstancias similares. Con el objetivo de seguir conteniendo las métricas de infección, en la línea de mejorar las medidas preventivas para combatir la propagación del virus y de preservar la continuidad de la actividad en bares y restaurantes, conviene aprender y poner en marcha las mejores prácticas. Con un único objetivo, bajarnos de la ola de rebrotes que sube y baja cíclicamente con consecuencias dramáticas. Desde Ciutadans propondremos al Ayuntamiento seguir trabajando en lo que hoy es lo más importante, la salud de nuestros vecinos, y en ese sentido insistir en campañas informativas bien enfocadas en la prevención de la transmisión.
* L’autor és portavoz del Grupo Municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Terrassa