Opinió

La saturación persiste en Urgencias

Que los servicios de Urgencias de Mútua Terrassa y el Hospital están saturados no es ninguna novedad. Es más: se ha convertido en algo ya habitual, en un problema crónico. Salas de espera con pocos asientos vacíos, gente esperando a ser atendida por los pasillos. De los pacientes que sean llamados por el megáfono, algunos afortunados irán hacia un box, probablemente para acabar en un pasillo, con una camilla y un nombre asignado al trozo de pasillo: Pasillo Ps2 T1, T2€ hasta T9. Esperarán al lado de puertas, personal médico entrando y saliendo, lavabos, basura y material médico. Allí serán atendidos por el personal sanitario que hará su trabajo con los escasos medios humanos y el reducido espacio de que dispone.

Mientras, oirán todo el historial de los pacientes a su alrededor, ya que la saturación de esa zona hace imposible la intimidad. Con un poco de suerte, les examinarán detrás de una cortina, pero a los que les asignen una camilla en el pasillo ni siquiera tendrán esa intimidad. Y es así desde hace años.

Unos metros más allá, entra la luz por los cristales en una zona diáfana, espaciosa, amplia. La puedes ver desde el puente de la avenida de Jacquard. Adyacente a la entrada de urgencias queda este espacio acristalado, nuevo, a la espera. Un espacio en silencio, con el suelo lleno de polvo porque nadie lo pisa desde que se terminó su construcción, hace ya casi un año. Un espacio al que sólo le falta la adecuación interior, y que está destinado precisamente a la ampliación de la zona de urgencias. Al otro lado del puente de la avenida de Jacquard, un edificio nuevo, Consultas Externas, funciona desde hace meses.

Otros proyectos también han visto la luz con el apoyo del Ayuntamiento. Hace unos meses conocíamos que, en el marco de la comisión de seguimiento de las obras de Mútua Terrassa, el Consistorio llegó a un acuerdo con Mútua para que pusiera en marcha la ampliación del horario de aparcamiento de uso público en el edificio de las nuevas consultas externas. Pero de poco sirve tener un horario más amplio para aparcar si al llegar a Urgencias nos encontramos con una situación de saturación estructural y de espacio insuficiente.

Desde Ciutadans Terrassa hemos insistido en la problemática de la saturación de Urgencias en nuestra ciudad. Ya en febrero de 2016 la Junta de Portavoces hizo una denuncia pública de una situación de colapso de este servicio en nuestros centros hospitalarios, Mútua y Hospital de Terrassa, y que ya entonces se había convertido en cotidiana. En el inicio de mandato, preguntamos por qué había una zona para ampliar urgencias de Mútua paralizada. En septiembre de 2019, volvimos a preguntar al equipo de gobierno en qué estado se encontraban las reuniones del Consistorio con los responsables de Mútua para solucionar el problema estructural de saturación. La respuesta de la concejal de Salut fue que se haría un seguimiento de este tema.

El problema es grave y afecta a la vida diaria de los ciudadanos. En Cs consideramos que no es suficiente con preguntar qué está pasando, sino que es necesario actuar. Por eso, en el pleno de diciembre solicitamos también al gobierno municipal conocer cuál había sido el criterio para que, donde antes había un director asistencial en Mútua, ahora hubiera dos, que lo serán al 50% de dedicación cada uno.

También volvimos a insistir en el seguimiento de las fechas de finalización de las obras de adecuación de los espacios interiores de ampliación de Urgencias en Mútua, Hasta hoy, el Consistorio no tiene respues- ta.

Nos seguimos encontrando con que una prioridad tan importante como el servicio de Urgencias de Mútua sigue sin solucionarse, aunque la solución esté acabada y cerrada a escasos metros, lista para ser estrenada. Todo ante la pasividad de los gestores y responsables, que alegan que aún se están licitando las obras para la adecuación de los espacios interiores, y que no hay una fecha prevista para la finalización de ese recinto que se construyó expresamente para ampliar la zona de urgencias de Mútua. Y los pacientes siguen esperando, hacinados en los pasillos, unos metros más allá. Un espacio vacío desde hace casi un año sin motivo aparente. Solamente queda una pregunta: ¿cuánto más tendremos que esperar?

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