No se hicieron esperar y dejaron claro desde el primer momento que aquello iba a ser un no parar de baile y buen rollo, el que desprende el repertorio de temas ya clásicos de Boney M.
A las diez y media clavadas sonaban los primeros acordes de “Rasputin”, una de las canciones más conocidas de la mítica banda de música disco de los 70. La Plaça Nova se convirtió el sábado en una discoteca setentera, llena a rebosar, donde el R&B, el funky y los ritmos caribeños estuvieron muy presente. No en vano, los integrantes originales de la banda procedían de Jamaica. Los que el sábado actuaron en Terrassa no eran ni Marcia Barret, ni Liz Mitchell, ni Maizie Williams, ni, obviamente Bobby Farrell, que falleció en 2010. Pero no les faltó soltura (esta nueva Boney M. llevan más de 20 años tocando juntos), desparpajo, buen sonido y solvencia. Llegados el sábado de Holanda, los cuatro componentes de Boney M. (tres holandeses y una inglesa) se metieron al público en el bolsillo durante hora y media. Los asistentes al concierto esperaban con ganas este revival de los 70. La Plaça Nova se llenó de público bailongo que todavía tenía muy presente las letras de la discografía de Boney M., un grupo que ha vendido cerca de 170 millones de copias. Las canciones y la estética de los integrantes (ellas, convertidas en divas con despampanantes vestidos de fiesta y él, de blanco) recordaban a un tiempo pasado que, sin embargo, no pasa de moda.
Complicidad con el público
El repertorio fue de lo más efectista. No cuesta mucho en el caso de Boney M. Ofrecieron canciones tan míticas como “Rivers of Babylon”, “Sunny” o “Brown Girl in the ring”, donde el público se desgallitó para hacer el “tra la la la la” famoso de la canción. El idioma no fue barrera para entablar una cómplice relación entre público y los cantantes. La banda mezclaba inglés y castellano. Incluso llegaron a preguntar cómo se pronunciaba la primera vocal de Terrassa, si con e o con a.
La explosión llegó al final. El “Rivers of Babylon” lo cantaron y bailaron junto a seis personas del público. Para el bis dejaron el conocidísimo tema “Daddy cool”, un punto y final de los más animado para un concierto sobrado de ritmo.