Aquello sí que era una ola de calor, nocturna y alevosa. El Correfoc llenó anoche de fuego y estrépito el Centre en un recorrido que se inició en el Vapor Gran acabó en la plaza del Progrés y duró una hora y cuarto. Eran las 00.15 cuando los miembros de Diables de Terrassa, que cerraban el cortejo de chispas y petardos, arribaron a la plaza del Progrés. Allí, rodeados por cientos de espectadores (algunos debieron sortear alguna carretilla disparada, gajes del espectáculo), ofrecieron la última demostración de pirotecnia de bestias y demonios.