Terrassa

“El Violeta” retrata la represión franquista al colectivo LGTBI+

Bruno es un hombre tímido, de clase media, “desubicado” por su homosexualidad en pleno franquismo y sometido a una presión social y familiar que “lo convierte en una bomba de relojería”. Su decisión de ingresar en la policía de la dictadura, homófoba y violadora, y su historia de amor con Julián, un joven de origen humilde, hilvanan la trama de “El Violeta”, la novela gráfica escrita por Juan Sepúlveda y Antonio Mercero e ilustrada por Marina Cochet .

Sepúlveda presentó el miércoles su último trabajo en la BCT, donde explicó que la idea surgió en 1990 de un documental en el que el valenciano Antonio Ruiz, el primer indemnizado por ser recluido por su homosexualidad, explicaba su experiencia y la de otros miembros del colectivo LGTBI+ con policías y jueces del régimen. “Me impactó aquel relato silenciado de maltratos, violaciones y abusos”, explica el autor.

En 2010, Sepúlveda publica el libro de cuentos “Las seis caras de un dado” en los que el personaje de un homosexual “que finge ser hetero para encajar socialmente acaba inspirándome a Bruno”.

Para heterosexuales
Sepúlveda explica que su libro “está escrito para los heterosexuales. No quería hacer un cómic gay, quería una historia universal”. La novela relata la persecución contra el colectivo LGTBI+ durante la dictadura y desvela la realidad de los campos de concentración para homosexuales. También profundiza en “cómo las clases medias tenían recursos para esquivar el régimen, que se ensañaba con las clases bajas”.

El autor confiesa que “mi sueño siempre ha sido hacer una película y el cómic -el formato de “El Violeta- siempre es el mejor ‘story board’ para el cine”. El autor busca financiación para llevar su novela a la gran pantalla. “TVE me ha dicho que no y ahora vamos a intentarlo con Movistar”, confiesa.

En la presentación del libro, organizada por el Programa de Memòria Històrica del Ayuntamiento de Terrassa “Terrassa T Memòria”, en colaboración con el Servei LGTBI+, contó con la presencia de Lluís Rambla, arquitecto y miembro de la Associació LGTB de Terrassa.

Rambla tiró de su experiencia para mostrar lo incrustada que la homofobia estaba en la sociedad, incluso en la resistencia antifranquista. En 1977, durante la presentación del Front d’Alliberament Gai (FAG) en Terrassa, explicó, “invitamos a personas de izquierdas y del movimiento vecinal. Un miembro de un partido me dijo, aliviado, ‘ahora ya sabemos que los homosexuales no son unos chorizos’. Me quedé helado. Nos habían dicho de todo, pero chorizos nunca”.

Rambla recordó que Franco incorporó en 1954 a los homosexuales a la Ley de Vagos y Maleantes. En 1970, la Ley de Peligrosidad Social había abierto 5 mil expedientes. Hoy, con la irrupción de la ultraderecha en la política española, “quieren derogar las leyes LGTBI+, pero no vamos a consentir que se dé ni un paso atrás”.

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