Hoy se estrena en casi todo el mundo "Toy Story 4", la gran apuesta de animación de Disney para la cartelera veraniega. Aquí la veremos doblada al catalán y al castellano pero en la versión original el protagonista, el cowboy Woody, habla con la voz de Tom Hanks desde 1995, cuando llegó a las pantallas la primera entrega de la mítica serie. El actor estuvo el miércoles en Barcelona, acompañado por el director y los productores, para promocionar la película.
Hanks se mostró simpático y bromista desde el mismo momento en que se sentó, asegurando que "los siilones de Barcelona son los más cómodos del mundo".
A lo largo de su comparecencia ante la prensa, no paró de bromear, de imitar voces -entre ellas la de Keanu Reeves, uno de sus compañeros de reparto en "Toy Story 4"-, de reírse de sí mismo y de contar anécdotas, como la de que en los estudios de doblaje la imagen de Woody aparece en la puerta del lavabo de hombres. "Nadie dice que va al baño, dicen que van al Woody. Yo soy Woody. Imaginen que embarazoso", declaró, desencadenando sonoras carcajadas entre todos los presentes.
El actor, de 62 años y ganador de dos premios Oscar, aseguró que el trabajo de doblaje "es mucho más duro de lo que parece" y definió a su personaje explicando que "es un juguete pero también es un líder capaz de resolver una crisis". Hanks atribuye el éxito de la serie a "su magia".
Preguntado por si prefiere la comedia o el drama, Hanks recordó que su carrera se inició en un teatro de repertorio, donde un día interpretaba una comedia y al siguiente, una tragedia, lo que siempre le ha permitido estar cómodo en ambos registros. Donde no se ve es "en una de superhéroes. Sólo podría interpretar al policía que pide ayuda al Capitán América", bromeó, ni tampoco "de villano de James Bond". Desmintió que vaya a hacer de Geppetto en el "remake" de "Pinocho" y no aclaró si habrá un "Toy Story 5".