El titular de un ciclomotor ha sido condenado a una pena de ocho meses de prisión y una multa de 1.260 euros por un delito de falsedad en documento oficial: su ciclomotor llevaba la placa de matrícula de otro. Unos mossos lo pillaron el 18 de mayo del 2016 en el paseo del Vint-i-dos de Juliol. Según la sentencia del juzgado de lo penal número 2 de Terrassa que lo condenó, y que ha sido confirmada por la Audiencia Provincial, el acusado conducía su ciclomotor, que llevaba la placa de otro, propiedad de otra persona, en lugar de la que le correspondía. El sospechoso tenía la intención de impedir la identificación de su vehículo. Aquel día se saltó un semáforo en rojo. El procesado apeló, alegando que no había pruebas de que hubiera sido él quien adquirió, manipuló y/o colocó la matrícula. Y aseguró que había recibido el ciclomotor como regalo, que le tramitó el permiso de circulación y pasó la ITV, y liquidó el impuesto de circulación. La Audiencia Provincial considera que sí hay prueba incriminatoria suficiente, pues la convicción de la magistrada terrassense resulta de un análisis lógico y racional. Hay sustento suficiente para tener por demostrados los hechos. Un mosso d’esquadra declaró que había visto el ciclomotor saltarse un semáforo en rojo. Por eso lo pararon. Luego comprobaron que la matrícula correspondía a un vehículo distinto. El sospechoso indicó que ya lo sabía y añadió, a modo de justificación, que era más caro "el collar del perro que el perro". El compañero del agente corroboró la versión del otro policía: el conductor admitió conocer la discrepancia de la placa, pero explicó que el cambio era "farragoso" y había decidido dejarlo todo tal cual estaba. En la instrucción del asunto el imputado reconoció el hecho, pero negó tener conocimiento de ello. El tribunal afirma que su conducta fue "consciente y voluntaria".