La policía bautizó el operativo con un nombre curioso, "Merlín-Taka". No era un nombre arbitrario: el objetivo de las investigaciones era un antiguo colegio okupado por unos ladrones después de que allí se rodase una serie, "Merlí". Okupas de ese inmueble han sido detenidos en una operación conjunta de los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía contra ladrones de domicilios. Algunos robos imputados a la banda se perpetraron en Terrassa. Hay 87 arrestados.
Los Mossos y la Policía Nacional crearon un equipo conjunto que ha desarrollado las pesquisas con el apoyo de la policía de Georgia, país de origen de los investigados. Las indagaciones empezaron con las denuncias de vecinos y comerciantes del barrio de Sant Genís, en Barcelona. En un antiguo centro educativo de esa zona se había rodado la serie "Merlí". Meses después, en el primer trimestre del 2018, el edificio fue okupado por georgianos.
Se inició una oleada de robos en viviendas y de otros delitos. La inquietud se acrecentaba en el vecindario. Los Mossos d’Esquadra detuvieron a varios individuos, georgianos todos, que se habían escondido en el viejo instituto después de perpetrar un robo en un domicilio. Los arrestados quedaron en libertad con cargos, pero fueron detenidos en Madrid por lo mismo.
Eran ladrones itinerantes, se movían por diversos puntos de España. Los mossos se reunieron con el Cuerpo Nacional de Policía y constituyeron un grupo de trabajo conjunto. La unión dio frutos rápido. En semanas, los agentes reunieron pruebas. Y concluyeron que estaban ante una organización criminal activa y numerosa. De las más activas y numerosas que habían actuado nunca en Barcelona.
La policía vigiló el edificio de Sant Genís y supo que allí vivían más de cien personas procedentes de Georgia, todos con antecedentes en diversos países europeos. Su especialidad eran los robos en casas. Supo la policía también que los delincuentes se organizaban en grupos de tres o cuatro miembros para salir de "caza", para asaltar viviendas en las proximidades del instituto pero también más lejos: en otros distritos de Barcelona y en localidades de la provincia. En Terrassa, por ejemplo.
Marcadores
Los ladrones seleccionaban los pisos y usaban marcadores, piezas de plástico difícilmente visibles, o tiras de cola, que colocaban en las puertas. Volvían luego y si los marcadores seguían allí, significaba que nadie había entrado en la vivienda. Tenían el camino abierto. No sólo robaban en domicilios. Otra vertiente delictiva eran los hurtos en comercios. En enero, los investigadores propinaron el primer golpe a la organización. Dieron más. El último, el 29 de mayo, con el desalojo del nido de delincuentes, el cole okupado.
Hay indicios de la implicación de los imputados en más de setenta robos con fuerza en domicilios, sobre todo en Barcelona. También en Madrid. Y en Terrassa, Cerdanyola del Vallès, Montcada i Reixach, Martorell, Berga, Abrera, Sitges, Mataró y Santa Coloma de Gramenet.
De los 87 detenidos, veintiséis lo han sido por delitos contra el patrimonio (catorce han entrado en prisión) y 61, por infracción de la ley de extranjería. Desde que empezó la operación, en Barceolona ha bajado la cifra de robos en viviendas un 20 por ciento.