El conseller de Interior, Miquel Buch, ha decidido situar al frente de los Mossos d’Esquadra a Eduard Sallent, hasta ahora subjefe de la comisaría general de Información, en sustitución del comisario Miquel Esquius, que deja el cargo tras cerca de diez meses comandando la policía catalana.
Esquius, el hasta ahora jefe de los Mossos d’Esquadra, defendió ayer su actuación “desde la neutralidad política” en la carta de despedida que envió a los agentes del cuerpo tras su relevo por el comisario Eduard Sallent. En el escrito, el exjefe de la policía catalana revela que la semana pasada se le comunicó “por sorpresa” su destitución, once meses después de que asumiera el cargo en sustitución de Ferran López, el comisario que fue designado por el Gobierno para comandar a los Mossos d’Esquadra en la etapa de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Esquius asegura en su carta que, durante su etapa de jefe de los Mossos, ha intentado tomar las mejores decisiones para el cuerpo, “pensando en recuperar la normalidad institucional, con todos los estamentos, cuerpos y actores sociales, desde la neutralidad política y con la voluntad final de servicio a toda la ciudadanía”.
“A mi entender, eso contribuye a fortalecernos y a ser reconocidos como una policía profesional, con voluntad de servicio al pueblo y poniendo el servicio a las personas en el centro de nuestras decisiones”, prosigue la misiva.
Tras recalcar que cuando asumió el cargo de jefe de los Mossos d’Esquadra lo hizo “por responsabilidad y por sentido del deber”, Esquius sostiene en su carta que, por encima de todo, se debe la organización de la policía catalana. “Y si ahora los máximos responsables del Departamento han creído que lo mejor era mi relevo, hay que aceptarlo”, agrega.
Pasar página
El comisario se pone ahora a disposición de su sucesor “para todo aquello que necesite” y le desea “aciertos” por el bien de los Mossos d’Esquadra.
En una rueda de prensa convocada ayer por la mañana, Buch compareció junto a Sallent y el director de los Mossos d’Esquadra, Andreu Martínez -no así con el sustituido Esquius- para dar cuenta del relevo en la jefatura de la policía catalana, que él mismo había anunciado horas antes a los comisarios del cuerpo en la sede central de los Mossos en Sabadell.
En sus primeras palabras ante los medios, Sallent -uno de los ocho nuevos comisarios que ayer tomaron posesión del cargo- afirmó que se propone dejar a los Mossos al margen del “debate partidista” y “pasar página definitivamente” tras las “dificultades” que ha atravesado el cuerpo policial en los últimos tiempos, en los que, recalcó, “me siento orgulloso de lo que hicimos y, sobre todo, de cómo lo hicimos”.
A esas “grandes dificultades” para los Mossos se refirió también Miquel Buch, que apuntó que Esquius ha hecho su trabajo “excelentemente bien”, pero que su cargo se planteó como una etapa de transición en la que era necesaria “una época de normalización dentro del cuerpo”.
Con Esquius, subrayó el conseller de Interior, se ha logrado una “normalidad institucional con los operadores policiales y judiciales”, lo que ha permitido a los Mossos d’Esquadra “recuperar fuerzas” para abrir una nueva etapa en la que afrontar los retos que la seguridad pública requiere.