El CN Terrassa ha concluído la temporada con la decepción de no haber disputado la final del “play off”, pero con la satisfacción de haber sido segundo en la Liga reular y de haber rendido a un alto nivel en la competición europea. Consolidado entre los grandes del waterpolo español, el CN Terrassa sigue fiel a una filosofía innegociable de la mano de su entrenador, Dídac Cobacho.
Nada más acabar la temporada ya dijo usted que el balance sólo podía ser positivo.
La lectura sólo puede ser esa. Desde que yo estoy ha sido la mejor temporada, de largo, en la que hemos competido en todas las competiciones en que hemos participado. Nos han eliminado los clubs más potentes de los torneos en que hemos tomado parte y en el "play off" quizás nos ha faltado un poco esas ganas de ganar que hemos demostrado durante toda la temporada, de saber que el premio no es sólo para nosotros sino para toda la gente que nos acompaña. Porque aunque en la final te encuentres a un equipo que juega una Liga aparte, esa gente quiere estar en la final.
Interpreto que dentro de la satisfacción le queda una espina clavada.
A mí sí, porque soy exigente. Cuando veo que la derrota no ha sido como esperaba me hace avanzar.
¿Qué les ha faltado?
Ambición posiblemente. Sin que nadie se moleste, quizás la ilusión de llegar a otra final. El CN Barcelona llevaba muchos años sin llegar y en eso nos ha superado.
El año pasado jugaron la final del "play off" y fueron terceros en la Liga regular. Este año han sido segundos en la Liga y no han jugado la final. ¿Qué es más meritorio?
En mi opinión ser segundo en la Liga regular, que es donde se demuestra el estado de un equipo durante toda una temporada. Un "play off" o la Copa del Rey son momentos, sensaciones puntuales, y la Liga regular es lo que tiene más sentido y más mérito.
¿Cómo se da ahora un paso adelante en esta línea de progresión de los últimos años?
Es preciso seguir en la misma línea. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Llevamos muchos años entre los cuatro primeros y eso es un gran éxito. Ahora lo que queremos es jugar el máximo de finales posibles y continuar creciendo en Europa. Tenemos un equipo muy bien equilibrado y es preciso seguir en la misma línea, potenciándolo en la medida que sea posible.
¿Acercarse al Barceloneta es una misión imposible?
Estamos hablando de algo muy complicado. No hablamos sólo de economía, sino de años de trabajo. El Barceloneta también ha fallado mucho para llegar donde ha llegado y ahora parece lo más normal del mundo hacer lo que hacen. Hay muchos años de diferencia con equipos como el nuestro.
¿Que un mismo equipo gane siempre es frustrante?
Más que frustrante entiendes que es un poco injusto que una generación como la que hemos tenido no haya podido ganar ningún título habiendo vivido nuestros mejores años. Nosotros luchamos por eso y siempre le digo a los jugadores que también es importante perder un título, porque eso significa que has llegado hasta la final. Hay que tener la ambición de llegar y una vez allí disputar la victoria.
¿Ese dominio del Barceloneta resta interés del público hacia la Liga?
Podría ser. En nuestro caso creo que no, porque hemos conseguido llevar mucha gente a la piscina. Espero que el resto de clubs, que han visto que eso es posible, hagan lo mismo. Es bueno transmitir que queremos plantarle cara.
Esa comunión que han conseguido con su afición es una de las grandes victorias de la temporada, un caso poco habitual en el universo waterpolo.
Eso sí que es como un título. A veces no te importa el resultado con toda esa gente detrás tuyo. Llevo unos días en que la gente por la calle me transmite su apoyo, igual que les pasa a los jugadores. Ves que no sólo tu masa social, sino toda la ciudad está volcada con el waterpolo.
¿Está aumentando la competencia en la Liga en ese segundo nivel detrás del Barceloneta?
Sin duda. Este año hemos hecho la misma Liga que el CN Barcelona. Y después tenemos equipos como Mediterrani, Mataró, Sant Andreu o Sabadell que van dando saltos adelante. El waterpolo español se está recuperando de la crisis y eso va a tener consecuencias.
¿El modelo que llevan años aplicando, sostenido en la cantera con refuerzos puntuales, es sostenible?
Somos un club con una gran cantera y es necesario tener una elevada representación en el primer equipo. Ahora mismo disponemos de jugadores jóvenes con mucho recorrido, aunque su evolución hace que siempre les salgan novias. A Álvaro Granados, por ejemplo, le salió una novia muy guapa como el Barceloneta y lo perdimos. Entendemos que el jugador quiera dar ese salto, pero es una faena trabajar tanto para que después te quiten a un jugador de ese nivel.
Estos días se ha producido el regreso de Paula Leitón al equipo femenino tras su paso por el CN Sabadell. ¿Sería posible, en el futuro, una operación similar con Álvaro Granados?
Si el jugador tiene intención de moverse de su club, hay que hacer todo lo posible para que regrese con nosotros.
¿El crecimiento de este equipo no se entendería si no hubiese regresado a Europa?
El primer año de la nueva directiva el presidente me preguntó si era mejor ir a buscar un buen fichaje o competir en Europa. Mi respuesta fue ir a Europa porque eso nos iba a permitir crecer mucho en todos los sentidos. Ahora mismo ese tema ya está superado. En esa competición te encuentras a los mejores y competir contra ellos te ayuda a mejorar.
Usted conoce perfectamente el deporte terrassense. ¿Considera que el modelo del waterpolo del CN Terrassa es exportable a otras disciplinas?
Naturalmente. Si exceptuamos el fútbol, encontramos muchos ejemplos. En hockey, sin ir más lejos, estamos hablando de situaciones muy parecidas. Somos una ciudad con mucha cultura deportiva donde ese modelo es perfectamente sostenible para competir al máximo nivel.
¿Sienten que son un espejo para el resto del deporte de la ciudad?
Creo que sí, al menos eso es lo que nos traslada la gente del deporte. Tengo relación con profesionales de muchas otras disciplinas e intercambiamos conocimientos y experiencias. Te das cuenta de que estás bien valorado, sin desmerecer a nadie.
Y todo ello en un deporte donde el nivel de exigencia y de trabajo es muy alto.
El nuestro es un deporte muy sacrificado, sobre todo a alto nivel. A nuestros jugadores les pagamos para que puedan seguir estudiando, no son profesionales al cien por cien.
¿Se ve durante muchos años en el banquillo?
Estoy cómodo y no miro tan a largo plazo. Lo que sí tengo claro es que soy entrenador, no me veo en un despacho. Me gusta estar a pie de piscina, cerca del deportista.
Me llama mucho la atención el hecho de que usted y otros compañeros del club, entrenadores de primer nivel, ayuden como auxiliares en las categorías formativas.
Ese es el enlace que hay que tener. No te puedes olvidar de las categorías. El alto nivel está muy bien, pero cuando disfrutas de verdad es en las categorías inferiores. Poder estar con ellos es extraordinario.
¿El futuro está asegurado?
Creo que sí. Aunque hemos tenido unas grandes generaciones y será difícil repetir.
¿Qué CN Terrassa veremos la próxima temporada?
Bastante similar. Cambiarán pocas piezas.
La próxima temporada se introducen cambios en el reglamento. ¿Cambiarán el juego?
Deberemos dar un salto porque el juego será más rápido y deberemos mejorar la condición física. Será un juego más dinámico, con más goles y de mucho esfuerzo.