Terrassa

“La venda” fue un éxtasis en el PAC y el Principal

La noche en que, por primera y muy posiblemente por última vez, un terrassense participaba en un Festival de Eurovisión, parecía respirarse un ambiente especial en Terrassa. Una jornada única e irrepetible para la que el Ayuntamiento montó dos pantallas gigantes con animación, primero en el Parc Audiovisual de Catalunya (PAC) y, ante la rapidez con que se agotaron las plazas para ésta, otra en el Teatre Principal.

En el antiguo Hospital del Tórax, donde estaban, en primera fila, todos los familiares de Miki Núñez que no se habían desplazado a Tel Aviv, el ambiente era, no obstante, un tanto desangelado. Sorprendentemente, de las doscientas personas inscritas, sesenta no se personaron a la hora de la salida de los tres autobuses que el Ayuntamiento había fletado para desplazarlos desde la ciudad al PAC, según explicaron fuentes del mismo. Ni avisaron antes de que no irían, como se había rogado. Total, para que molestarse, si era gratis, debieron pensar. Así, muchas sillas vacías con las banderolas de "Terrassa amb Miki" en un claustro que presentaba un aspecto semivacío, y la llovizna incapacitaba el espacio de "chill out" al aire libre del jardín adjunto tan cuidosamente montado. La calidad del sonido también dejaba que desear. "Cuanto más lo subamos, más reverberará", dijo el presentador, Mateo Vergara, ante las peticiones de mayor volumen.

"Miki campeón"
Poco antes del inicio, sin embargo, los asistentes estaban animados. Se bailaban sevillanas ante la pantalla aún en blanco, una chicas danzaron en fila, algunos asistentes lucían pelucas de colores. "Faltan diez minutos para las nueve, !ay que nervios!", exclamó Mateo Vergara, el animador público de Operación Triunfo, que ejercía de presentador, que acababa de cantar un tema de Tom Jones y vestía una camiseta en la que, a la manera de un rótulo luminoso iba pasando la frase "Miki campeón". "Iré animando y haciendo alguna intervención, pero poco, sin sobreponerme a la retransmisión", nos dijo Vergara.

En el Centre Cultural el Social, que también puso pantalla grande y fiesta, había poca gente. Dos mesas largas con adolescentes muy entusiasmadas en "primera fila" y, al fondo, algunos grupos adultos que cenaban y se lo miraban de manera un tanto desatendida.

El ambiente eurovisivo más intenso lo encontramos en el Teatre Principal, que llenó toda su platea (cuatrocientas localidades), pero mantuvo cerrado el piso. Como en el PAC, asistentes de todas las edades, con muchas familias enteras, y con muchas ganas de corear y comentar los temas, moverse, pasárselo bien y, por supuesto, de que Miki tuviera el mejor lugar. Oriol Carreras, que ese día cumplía 41 años, fue el presentador, y entre canción y canción iba comentando y pasando entre las filas para preguntar a los espectadores por las posibilidades de que Miki estuviera entre los primeros puestos.

Antes de que sonara la canción número veinte, de Azerbayán, Carreras propuso un pacto a los asistentes. "Cuando cante Miki, ¿cantamos todos o que cante él? Escuchémoslo, porque es la gracia, y después enloquecemos a tope."

Los presentes parecieron estar de acuerdo. Pero aunque, lo recordó tras el jubilo que despertó la canción suiza ("ahora viene Australia y después Miki. Recordad que cuando salga nos calmamos"), no sirvió de nada. Fue aparecer el cantante de Can Palet en pantalla, a las once y tres minutos de la noche, y buena parte del Teatre Principal se puso en pie, la platea se convirtió en un mar de banderolas agitándose, de voces coreando "La venda" y gritando "Miki, Miki, Miki". Un auténtico estado de éxtasis colectivo.

Nuevos explosiones de júbilo provocaron las brevísimas (de segundos) apariciones de Miki en los tres resúmenes del festival que se emitieron mientras jurado y telespectadores emitían sus votos. Ratificaron el entusiasmo que existía en el Principal también por otras canciones, las que más las de Noruega y Suiza, y asimismo la de Estonia entre el sector femenino, y las de Chipre y Serbia en el masculino.

A las doce y siete minutos, apareció la frase de "stop voting now" en la pantalla. Y cuando comenzaron a sucederse las votaciones de los jurados de los diversos países, y ninguna daba ni uno a España, en la sala comenzó a gritarse "!tongo"". "Es Eurovisión. No estamos descubriendo nada", dijo con sorna Carreras, antes de que Nieves Àlvarez diera la puntuación española.

De repente Bielorrúsia otorgó seis puntos a "La venda", y hubo una gran explosión de júbilo. Miki ya no era el último, sino el tercero por la cola. Pero los siguientes países no le dieron ninguno, y el Principal ya empezaba a enfadarse. "¿Cómo puede ser que todo el mundo bailara ‘La venta’ en Tel Aviv y no nos den ni un puñetero voto? Hay canciones que estaban bien, pero la de Miki también, y no nos la voltan?", estalló un joven, indignado. Inmediatamente después, Rusia daba un punto a España, y de nuevo gran celebración en el Principal, donde muchos parecieron no darse cuenta de que era uno solo. El recuento de las votaciones de los jurados acabó con España en el último lugar.

De repente, 53 puntos
Los resultados del televoto se dan a conocer en orden inverso a cómo han dejado la clasificación el jurado de los países. Por lo tanto, Miki, que estaba el último, fue el primero, y recibió 53 votos, que le hicieron subir unos cuantos puestos en la clasificación. 53 votos, en ese momento, parecían muchos, y desataron una gran euforia en el Principal, que volvió a ser un mar de banderas. Y más al escucharse que el televoto daba "cero puntos" a Alemania. Pero era un espejismo. "Da igual los puntos. Miki ha puesto el alma en la actuación y lo ha hecho muy bien", ya nos comentó una chica. Y la gente comenzó a pensar y a desear lo mejor para las otras canciones que más le habían gustado.

Muy contentos se pusieron todos los presentes con los puntos que hicieron pasar a la primera posición a "Spirit in the sky" de Keiino, la canción noruega. Y cuando Duncan Laurence, con la balada "Arcade" y 492 puntos, ganaba para Holanda el Festival de Eurovisión 2019, el Principal fue curiosamente otra explosión de alegría. Mucha gente incluso se abrazaba entusiasmado. España, con Miki, se quedó con esos 6o puntos y en el puesto número 22, el quinto por la cola. Un asistente a salir comentaba que "lo importante es que no ha quedado el último, y quehemos disfrutado mucho con su participación en Eurovisión y todo lo que ha pasado en estos últimos días".

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