La temporada de danza estable siempre ofrece sorpresas, buenas sorpresas. El programa de 2018 nos dio la oportunidad de ver, por primera vez, a la compañía americana Ailey II, dirigida por Troy Powell, que es heredera de la reputada Alvin Aley American Dance Theater. El espectáculo que ofreció, con tres coreografías, fue brillante tanto en la forma como en el contenido.
Ailey II ha regresado. Lo hizo el pasado fin de semana de Fira Modernista. Fueron ahora dos funciones que estaban prácticamente llenas de público. En aquella primera visita del 3 de febrero de 2018 corrió, seguramente, la voz de que es una compañía de danza de altos vuelos por lo que su llegada volvió a generar más expectación. Acudió público nuevo y también el que ya los había visto el año pasado.
El segundo encuentro con Ailey II confirmó su espectacularidad. Los bailarines de la compañía, la mayoría de raza negra (preservando el objetivo del coreógrafo y director Alvin Aley), parecen de otro mundo. Son artistas que desprenden una energía fuera de límites y que tienen una capacidad inusitada para adaptarse a una escena dramática o de divertimento.
Su actuación (este diario acudió el sábado) fue de nuevo un festín da danza trepidante que nos hizo vibrar al cien por mil. La compañía ofreció tres coreografía, dos nuevas, "Road to one" y "Where are the tongues", y repitió "Breaking point". ¡Qué maravilla!. Tres obras que plantean cuestiones acerca del individuo en relación a la sociedad y que le provocan estados emocionales diversos. En "Road to one", con música de diversos compositores, Ailey II nos propone ahondar en el legado que dejamos a las futuras generaciones; en "Where are the tongues", con música de Lo Còr de La Plana de Marsella, nos habla del colectivo, de la diversidad de lenguas, culturas y raíces; y , finalmente, en "Breaking point", sitúa al individuo al límite del deseo.
Los artistas se sumergen en el discurso narrativo sobre el individuo en una danza de estilo contemporáneo que fusiona lo aprendido por Alvin Aley quien se sintió influenciado por las renovadoras Katherine Dunham y Martha Graham. De la primera toma esta danza folclórica fusionada con la clásica y de la segunda la moderna. Y de ambas, especialmente de Dunham, capta también ese espíritu por ofrecer una danza integral entre coreografía y técnica. Citamos a Dunham porque se postulaba a favor de que el bailarín conociera el significado de todos los gestos que realiza para que su baile fuera total. Ailey II es un claro ejemplo de todo lo expuesto. Su danza es movimiento del cuerpo en estado puro. Es expresiva, vibrante; comunica, cautiva, seduce. Es un estilo coreográfico que apenas se permite un momento de distracción porque transcurre de un modo vertiginoso, galopante. Los bailarines lo dan todo y son los protagonistas (el único decorado son las luces) del principio hasta el fin. Aley II se despidió de nuevo con bravos y público en pie. Fue, de nuevo, una gran noche de danza.
"Ailey II"
Compañía dirigida por Troy Powell. Coreografías: “Road to one”, de Darrell Grand Moultrie; “Where there are tongues”, de Bradley Shelver y “Breaking point”, de Renee I. McDonald. Día 12 de mayo. Centre Cultural Terrassa