Ya hacía meses que la Policía Municipal andaba detrás de la trama de falsificadores de títulos de transporte. El martes culminó las investigaciones con un operativo que concluyó con cinco detenidos de una misma familia y el decomiso de tarjetas que no eran sino remedos de las auténticas. El dispositivo se llevó a cabo en dos barrios: Ca n’Aurell y Ca n’Anglada. En ambos puntos se vendían las tarjetas.
Los sospechosos son presuntos autores de delitos de falsificación en documento público y estafa. Un año atrás la Policía Municipal había requisado tarjetas de transporte falsas a los mismos individuos que el martes fueron arrestados. En el 2018, tirando del hilo de esa primera información, la unidad de delincuencia urbana del cuerpo local siguió los pasos de los identificados y vigiló sus movimientos.
El juzgado de instrucción número 2 de Terrassa supervisó las indagaciones. Y supervisó el operativo que la policía desarrolló el martes pasado, el día elegido para actuar directamente contra el grupo de vendedores, para pillarlos en su puesto de "trabajo" callejero.
A las diez de la mañana, los agentes acudieron a dos puntos en los que los sospechosos comercializaban las tarjetas fraudulentas. Se situaban en la Rambla d’Ègara, junto al cruce con la calle del Infant Martí, y en la calle de Sant Tomàs, a poca distancia de la de Mossèn Àngel Rodamilans. En el primer lugar había dos individuos. En el segundo, tres más. Todos forman parte de la misma familia. Todos tienen la nacionalidad española y residen en Terrassa. Son cuatro adultos y un menor. Y todos fueron detenidos tras el cacheo pertinente.
La operación del martes, efectuada por la unidad de delincuencia urbana y la división de vigilancia territorial, concluyó con la aprehensión de más de cien títulos falsificados de tarjetas T10 y T30/50 de las zonas tarifarias 1 y 3. Según se desprende de la investigación, el grupo vendía cada tarjeta a un precio de entre 5 y 15 euros. Los policías intervinieron en el operativo dinero en metálico "producto de la venta ilícita", asegura la policía. Al parecer, ya habían entregado varias tarjetas a compradores.
La Policía Municipal había recibido quejas de ciudadanos sobre esa venta clandestina. Hace un año, el cuerpo local requisó a los investigados unas cien tarjetas y envió la información a la Autoritat Metropolitana del Transport (AMB), la emisora de los títulos, para que corroborase su autenticidad o, en caso contrario, verificase que se trataba de documentos falsificados. Eran falsos y la estafa podía rozar en aquel caso los 200.000 euros.
Los clientes
No era fácil determinar la simulación. Las tarjetas eran "casi perfectas", según los investigadores. Pero había muchas con el mismo número de serie. Los indicios apuntan a que los detenidos no fabricaban los documentos, que se dedicaban a darles salida en el mercado ilícito. Buena parte de sus clientes eran fijos. Y algunos de esos clientes han sido identificados también por la policía en los últimos meses. Podrían ser imputados por un delito leve de estafa.
Los cuatro adultos arrestados han pasado a disposición del juzgado de instrucción número 2. El menor, a la Fiscalía de Menores.