El estruendo y la aparatosa polvareda alarmaron a vecinos y transeúntes. No hubo heridos, pero sí cuantiosos daños materiales: el suelo de una terraza se hundió el sábado en un edificio ubicado en la calle de Galvani.
A esa calle de Ca n’Aurell, a pocos metros del cruce con la de Blasco de Garay, se dirigieron unidades de bomberos y de la Policía Municipal a las 9.35 de la mañana, nada más extenderse por los servicios de emergencias la noticia del hundimiento. Llegaron también a la zona efectivos de los Mossos d’Esquadra y ambulancias. El sistema de emergencias 112 avisó a la policía.
Se presentaron cinco vehículos de Bombers de la Generalitat. El local situado en los bajos de la finca estaba vacío, por lo que los bomberos se vieron obligados a forzar la puerta para entrar en el recinto y asegurarse de que no había personas damnificadas.
Los escombros se apilaban en un patio. Llegados al patio interior donde reposaban los restos de la terraza hundida, los bomberos comunicaron a los policías municipales la necesidad de que un arquitecto del Ayuntamiento revisase el inmueble. Era perentorio calibrar los daños estructurales en el inmueble. Todo el edificio fue desalojado en una actuación preventiva hasta la llegada del técnico municipal que debía inspeccionar la finca para evaluar los daños.
Precinto
Después de que se procediese a la revisión, los servicios de emergencias precintaron el primer piso y permitieron que los residentes en los otros regresasen a sus domicilios en el resto de la finca. El estado del edificio era seguro, salvo el de la parte afectada por el colapso.
Según indican las primeras averiguaciones de la Policía Municipal, la vivienda donde se produjo el hundimiento estaba vacía y en su interior se estaban desarrollando unas obras.