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Un canto a Carlos Gardel

La figura de Carlos Gardel es tan monumental en Argentina que, cuando a uno se le suelta “sos un Gardel”, se le está elogiando de manera imposible de superar. Que le digan a uno “vos sos un Gardel”, representa estar en lo más alto, ser un privilegiado y no necesitar nada más. El representante indiscutible del tango, dentro de una gira por tierras españolas, pasó por Terrassa, y actuó en el Teatre Principal, el 1 de enero de 1926. Fue la única actuación de Gardel en tierras catalanas, exceptuando su paso obligado por Barcelona.

Por este motivo, esta noche, y en el mismo escenario, se le rendirá un homenaje con un recital a cargo del cantante y guitarrista, Leonardo Pastore, que en los Latin Grammy de 2016 fue nominado por su trabajo “Carlos Gardel Original”, y al que acompañará al piano su compatriota Hernán Malagoli, con el que forma grupo hace diez años.

“A los diez comencé a cantar los tangos de Gardel en el Café Tortoni de Buenos Aires. Desde muy pequeño me apasionó la música popular de mi país y llevo mucho tiempo en los escenarios” explica Pastore. El cantante argentino explica que el tango “es un todo” y es canción y baile, y apunta que “el tango expresa tristeza y creo que es una cuestión territorial”. Malagoli explica que este deje de tristeza proviene “de la cuestión de la inmigración, de la mishiadura, como decimos allá, la miseria. La gente extrañaba su tierra natal y, a eso se le sumaba ese contexto marginal y, si lo pensamos, no tenían motivos para estar felices”. Pastore añade que “el tango refleja eso en sus letras pero también otros momentos más jocosos. Como la vida misma”.

El lunfardo, la jerga que se utilizaba en Buenos Aires a finales del siglo XIX y a principios del XX, esta presente en el tango. El periodista Roberto Daus, que lleva 31 años siendo el alma mater del programa “Milongueando”, que hace seis años que se emite desde la Ràdio Municipal de Terrassa, ha sido el principal impulsor de este homenaje y explica que “en los años veinte, el lunfardo suma una serie de expresiones, sobretodo de italianismos, pero también las hay de otros sitios, también de Catalunya”. Existía la figura del Cocoliche, en los sainetes, que representaba “el italiano que se quería hacer el gaucho o el porteño y usaba un lenguaje muy raro”, explica Daus.

“Gardel es un todo y artistas a los que he conocido, como Alfredo Krauss, Plácido Domingo o Imperio Argentina, consideran que fue el primero que abrió las puertas a una forma de ser artista moderno. Fue el primero que se fijó en su imagen y es un referente para muchos intérpretes de todos los géneros”, explica Pastore. Malagoli agrega que “era muy independiente, sabía generar sus espacios y se abrió puertas solo. Fue un visionario”.

Mito antes de morir
La muerte en un accidente de aviación le llevó al altar de los mitos pero antes ya era venerado. “Adonde iba a cantar le recibían miles de personas”, señala Pastore. Daus recuerda que Gardel “es el primer cantante no actor latino que hace películas en Estados Unidos”. Pastore y Maligoli afirman que Gardel “es irrepetible” y el cantante explica que “en Argentina, los autobuses urbanos, durante mucho tiempo, en el asiento del chófer, estaba el dibujo o la foto de Gardel. Esto con Frank Sinatra no ha sucedido. Es el número uno, intocable”. Malagoli afirma que “Gardel es famoso por ser una gran persona”, no sólo por ser un gran cantante. Pastore aporta que “ayudaba a quien se lo pedía y, cuando salía de conciertos cantaba para la gente que no había podido pagar la entrada”.

Gardel y el tango van indisolublemente unidos y canciones como “Mi Buenos Aires Querido”, “La Cumparsita”, “Volver”, “Adiós muchachos” o “Por una cabeza” son parte de su biografía. Recordar a este genio imperecedero será el punto de encuentro de esta noche en el Teatre Principal.

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