Con una temperatura primaveral se celebró el sábado la V Fira de l’Oliva en Ca N’Anglada. El buen tiempo (el año pasado hubo lluvia) favoreció que la feria gastronómica, comercial y cultural comenzará con éxito pero fue al mediodía cuando la plaza del barrio y las calles adyacentes se llenaron de visitantes. Las personas que pasearon pudieron degustar aceite y aceitunas en sus más diversas variedades y orígenes; desde el ecológico hasta el convencional y procedente de Catalunya (Vallbona de les Monges, Lleida) y Andalucía (Jaén, entre otras provincias).
La Fira de l’Oliva, que se celebró durante todo el sábado, es singular porque va más allá de promocionar este producto y de ser un espacio de compra-venta. El programa ofrece aulas-taller, música, concursos y exposiciones. Tampoco no se olvida de los más pequeños, quienes tuvieron una amplia oferta de juegos, desde participar en concursos de sopas de letras, con el tema del aceite por bandera, hasta subirse a una noria de madera que, por cierto, se estrenará por todo lo alto en la próxima Fira Modernista de Terrassa. Vuelve lo viejo, lo antiguo; está de moda. La Fira de l’Oliva también quiere homenajear a todos aquellos agricultores que trabajaban el campo y recordar que el barrio de Ca N’ Anglada fue campo de olivos. Queda constancia con esta feria anual y simbolizado con la plantación de un olivo -el quinto que al mediodía ya lucía en la plaza de Ca N’Anglada.
Fue el acto central de la jornada que tuvo como protagonista al alcalde de Terrassa, Alfredo Vega. A esa hora, a la una de la tarde, fue cuando la plaza y las calles registraban un gran ambiente. Joana Castells y Joana Gelda, de Vallparadís, paseaban por el recinto, mirando las paradas y deteniéndose en aquellas cuyos productos les llamaba más la atención. "Vivimos cerca, en Vallparadís, pero solemos venir a este barrio a comprar algunos productos concretos como los embutidos. Hay comercios de toda la vida y la posibilidad de que estén en la calle anima el barrio y les da proyección". Coincidieron Manel y Pepi, llegados de Sant Pere Nord, para quienes "las ferias comerciales y culturales en la calle son de agradecer".
En la feria, ya se sabe, las ventas van y vienen y son buenas en función de cada comerciante. Maria Antonia González, de Peixateria La Mari, de Ca N’Anglada, se mostraba exultante. "Promocionamos el barrio y eso es muy bueno". Héctor, de Cal Sileta, de Lleida, debutaba con aceite ecológico. "Cuesta que entre en el mercado convencional pero hay que apostar por la diferencia y lo hemos hecho", subrayó.