Cipriano García, uno de los fundadores de CCOO de Catalunya y dirigente del histórico PSUC, fallecido en 1995, se convirtió en uno de los símbolos de protesta contra el franquismo por su intensa actividad sindical y también por sus numerosas detenciones y encarcelaciones. El Cipri, alias con el que era conocido en el mundo sindical y político catalán, fue objeto de un sentido acto de homenaje y de reivindicación de su figura en el centro cívico Montserrat Roig, en Ca n’Anglada, barrio en el que residió.
Un buen número de personas, jóvenes pero también más veteranos, que llegaron a conocer a Cipriano García, asistieron al acto organizado por CCOO en el marco de la Setmana Cultura i Reivindicativa del Primer de Maig. Allí, entre los ponentes, estuvo Francisco García, hijo de Cipriano, que contó sus vivencias en la clandestinidad sindical junto a su padre, así como Montse Ros, secretaria de Comunicació de CCOO; Manuel Martínez, exdirigente de CCOO de AEG, y Enrique Rodríguez, secretario general de CCOO del Vallès Occidental-Catalunya Central. El acto se convirtió en un verdadero espacio de reivindicación de la memoria histórica. En este centro cívico se inauguró una completa exposición sobre la trayectoria vital y sindical del Cipri a lo largo de diez plafones.
Documentos valiosos
La muestra incluye fotos y documentos valiosos de la época en que vivió, y nos aproximan a sus valores personales, sociales y políticos. Especial recorrido se hace sobre la “Manifestació de les Pedres”, en octubre de 1967. “Dignidad obrera”, “responsabilidad”, “solidaridad” y “compromiso” son cuatro de los valores que definen la personalidad de Cipriano García. También se visionó un video con numerosas fotografía de actos y manifestaciones (en una se le veía con Marcelino Camacho, por ejemplo), y frases de líderes sindicales hablando de Cipriano. “Ciertamente, el Cipri no olvidaba nunca sus raíces políticas”, de Antonio Gutiérrez Díaz, “Guti,” o del terrassense Domènec Martínez. “Él cerraba la lista con su particular estilo “echando una mano”. “A Cipriano le debemos muchas cosas”, dijo Montse Ros. “Su preocupación por la cohesión social que ha marcado el sindicalismo; y el considerar que los derechos sociales y nacionales son las caras de una misma moneda”, añadió Ros, que definió a Cipriano García como una persona “radicalmente libre y radicalmente responsable”. Su hijo Francisco (tuvo ocho hijo Cipriano) colaboró desde niño con su padre y quiso explicar algunas de sus experiencias personales, más que entrar en la faceta pública, y por tanto, ya conocida, de este histórico sindicalista. “Tras la manifestación de las Piedras, Cipriano llegó pasadas las 12 de la noche a casa. De golpe, sentimos porrazos en la puerta, la tiraron abajo y a tortas y golpes se llevaron a mi padre prácticamente sin vestir”. En otras ocasiones, la policía “entraba, tiraba las mesitas al suelo y los colchones”. Siempre “estaba vigilado”. La tragedia fue aún mayor cuando mi “madre recibió tal paliza que tuvo un aborto”. Es la intrahistoria de un dirigente sindical, aquellos hechos cotidianos que poco se conocen pero que se sufren en el día a día.
Manuel Martínez, exdirigente de CCOO de AEG, coincidió con Cipriano y recordó como este fue clave para el avance del movimiento obrero en la Terrassa industrial bajo el régimen franquista. “Nos dio la mejor solución; infiltrarnos en el sindicato vertical; al poco tiempo el 90% de las candidaturas eran de hombres y mujeres de CCOO”, recordó Martínez. Enrique Rodríguez, secretario general de CCOO en la comarca, empezó su trayectoria como delegado de CCOO en Sony en Viladecavalls.
Rápidamente supo de la dimensión de la figura del Cipri. “Pronto me di cuenta de que cuando salías de la frontera de Terrassa y comarca, el Cipri seguía sonando e incluso con más fuerza”. Rodríguez lo situó como un “claro referente” del sindicalismo confederal y de clase y recordó su papel en el proceso 1001 en 1972 cuando fue encarcelada toda la ejecutiva de CCOO y “él fue quién aguantó ese tiempo la dirección del sindicato”.