El rechazo a algunas vacunas, la interrupción de la vacunación o la demora a la hora de ponerlas son situaciones que podrían afectar hasta el 15 % de la población de Barcelona, según el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB).
Esta entidad ha publicado, en su colección de “Quaderns de la bona praxi” (Cuadernos de la buena praxis) un trabajo titulado “Vacunas. Importancia e impacto sanitario de las inmunizaciones”.
Este estudio da información sobre la situación actual en Cataluña de las vacunas e insiste en que los médicos y el resto de profesionales sanitarios “son fundamentales para reforzar la percepción pública sobre la seguridad de las vacunas y sus grandes beneficios”.
Según los resultados de una encuesta realizada por el COMB el año 2018, el porcentaje de pacientes radicalmente contrarios a la vacunación es inferior al 3 %, un rechazo completo que es bastante infrecuente en Barcelona y en Cataluña en general.
Por el contrario, el rechazo a algunas vacunas, la demora a la hora de ponerlas, la interrupción de la vacunación y la aceptación de un número muy limitado de vacunas “son situaciones más frecuentes y algunos datos estiman que podría afectar hasta al 15 % de la población”.
El estudio indica que las dudas o reticencias que algunas familias manifiestan en relación con las vacunas del calendario vacunal y su consecuente rechazo es un “fenómeno reciente, y también afecta la vacunación del adulto”.
“Siempre ha habido grupúsculos minoritarios contrarios a las vacunas, pero su voz en la sociedad había sido, hasta ahora, prácticamente inexistente”, se precisa.
Con las redes sociales y otros cambios en la transmisión y valoración de la información “es cuando estos grupos han comenzado a tener más visibilidad”.
La preocupación por la seguridad de las vacunas es el principal factor identificado entre las familias antivacunas y entre los reticentes a la vacunación.
“La circulación de noticias negativas en las redes sociales juega un papel clave en el miedo de las familias en relación con la vacunación”, se considera en el estudio.
La doctora Magda Campins, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, ha sentenciado recientemente en una rueda de prensa sobre este tema que “las vacunas han sido víctimas de su propio éxito”, al hacer olvidar a los ciudadanos, sobre todo los jóvenes, las graves consecuencias de algunas enfermedades que pueden ser graves e incluso mortales, como el sarampión.
El estudio del COMB alerta de que “los brotes de sarampión y las muertes por esta enfermedad en diversos países europeos son una muestra reciente” de que no se puede bajar la guardia con la vacunación de enfermedades que se creían erradicadas.
Así, se han producido brotes de sarampión en varios países Latinoamericanos, en Estados Unidos, donde en la ciudad de Nueva York han resultado afectadas más de 300 personas, en Austria, en Israel y también en países del Este europeo, donde el pasado año 2018 se han triplicado los casos (de 24.000 a unos 80.000).
El éxito de las estrategias de vacunación depende, en parte, de una adecuada percepción de la población de los beneficios y riesgos de las vacunas, y no tanto de la obligatoriedad, han considerado los expertos.