El Pla Director de l’Esport concluye que es necesario aumentar el presupuesto dedicado tanto a instalaciones deportivas como a la promoción del deporte en la ciudad. Sería oportunista decir que se veía venir puesto que la inversión en deporte en la ciudad siempre ha tenido sus carencias, máxime en tiempos de crisis económica, cuando la ciudad tenía otras prioridades y por ahorrar lo hizo hasta en el servicio de limpieza.
Seguramente sería mejor analizar el Pla Director desde la oportunidad que significa tener una herramienta así para marcar la hoja de ruta de lo que debe ser la gestión de la administración en torno a las instalaciones y la promoción de la práctica deportiva en la ciudad. La confección de los presupuestos municipales es la acción de mayor contenido político de cuantas se llevan a cabo en un Ayuntamiento puesto que establece, precisamente, prioridades.
Habrá que ver cual es el grado de influencia que tendrá este documento en el próximo equipo de gobierno, pero es bien cierto que, al menos, deberían echarle un vistazo para conocer de forma racional e incluso científica cuáles son las necesidades para luego tomar decisiones con plena conciencia.
Es poco probable que se produzca una revolución en ese sentido, pero debe ponerse de manifiesto que el deporte terrassense ha sido también uno de los grandes damnificados durante la crisis económica. La ciudad observó con su plan de instalaciones deportivas en los barrios un salto cualitativo de gran importancia después de los Juegos Olímpicos de 1992. Esas instalaciones están desde hace años al límite de su capacidad de utilización. La oferta genera demanda y Terrassa es una ciudad con un nivel de práctica deportiva excepcional. Seguramente ahora toca otro empujón que no sólo implica la construcción de nuevos equipamientos.
Resulta tanto o más importante, según refiere el plan, la adecuación y modernización de los que ya están en funcionamiento con actuaciones como la cobertura de pistas y piscinas y la ampliación y modernización de instalaciones. El estudio es fiable. Es fácil realizar informes de máximos en los que se dibuje un escenario onírico. Precisamente, la credibilidad y la valía del documento está en que se trata de un trabajo realista que describe bien la realidad, las prioridades y las propuestas que permitirían dar de nuevo un salto cualitativo en las instalaciones deportivas de la ciudad .