El domingo es Domingo de Ramos. O sea, mañana da comienzo la Semana Santa, la semana grande del cristianismo, la semana que celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, el núcleo de la vida entendida por los creyentes en Jesús. La diócesis, las parroquias y cientos de fieles de Terrassa se entregarán en una sucesión de actos, unos solemnes, otros con sesgo más festivo, que empezará el domingo con bendiciones de ramos y palmas y tendrá como jalones más populares la Procesión del Encuentro en Les Arenes y el Via Crucis del Viernes Santo.
Mañana, 14 de abril, la Iglesia conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén relatada en los Evangelios. El obispo de Terrassa, Josep Àngel Saiz Meneses, presidirá la bendición de ramos en la Plaça Vella a las doce del mediodía y después presidirá la misa en la Catedral del Sant Esperit. Liturgias similares tendrán lugar en el resto de parroquias de la diócesis egarense. La jornada será especial en la parroquia de Santa Maria de Les Arenes, donde se celebrará la procesión de la Borriquita.
Misa crismal
Hasta el martes no se reanudarán los actos. Ese día el obispo oficiará en la Catedral la Misa Crismal, a la que han sido convocados todos los presbíteros y diáconos de la demarcación eclesiástica. Saiz Meneses bendecirá los santos óleos que se utilizarán a partir de ese momento para los sacramentos en los templos de la diócesis. La cita servirá también para conmemorar la institución del sacerdocio, recordando la Última Cena. En realidad, la referencia a la Última Cena se debe celebrar el Jueves Santo, pero el Obispado ha decidido avanzar el acto "para facilitar la asistencia y participación" de los clérigos de la diócesis, que ese día renuevan sus promesas de la ordenación. Dos presbítros jubilados, Francesc J. Catarineu Vilageliu y Pere Farriol Vinyes, celebran sus cincuenta años de ordenación. Joan Carles Montserrat Pulido y Llorenç Sagalés Cisuqella soplan las velas de sus veinticinco años como curas.
Son tres los acontecimientos troncales que la Iglesia celebra el Jueves Santo y los tres están relacionados con la Última Cena que Jesús hizo con sus discípulos. Primero: la Eucaristía. Segundo: la institución del sacerdocio y tercero: el mandamiento nuevo de amarse los unos a los otros. El prelado terrassense presidirá la misa de la Cena del Señor a las siete en la Catedral y, como hizo Jesús, lavará los pies a miembros de la comunidad cristiana. En cada parroquia, tras la misa correspondiente, se rezará durante una Hora Santa ante el Santísimo para conmemorar "lo que quiere decir acompañar a Jesús en el huerto de Getsemaní justo antes de ser apresado y conducido ante el sanedrín para ser juzgado".
Procesión del Encuentro
Y ese día, el Jueves Santo, tendrá lugar en Les Arenes la popular y emotiva Procesión del Encuentro, que organiza la parroquia del barrio con varias cofradías. Saiz Meneses también presidirá esta celebración. El Viernes Santo es el día de la muerte de Jesús en la cruz, del instante del Calvario que da sentido a la vida cristiana. Es una jornada austera, sobria, de recogimiento, de lectura del relato de la Pasión y la adoración de la cruz. La celebración central la presidirá Saiz Meneses en la Catedral a las doce del mediodía, pero en el resto de parroquias también habrá eucaristías. Se comulga el cuerpo consagrado el día anterior en la Misa de la Cena del Señor.
Luego, a las ocho de la tarde, llegará el Via Crucis por calles del Centre. El Santo Cristo y la Piedad desfilarán, con la música de Capilla de la Catedral, por la Plaça Vella, la calle de la Font Vella, la del Cardaire, la de Sant Pere, el Raval de Montserrat, la calle de la Unió y la Major, para acabar en la Plaça Vella. También habrá Via Crucis en las parroquias de Sant Valentí y en Les Fonts, y en Ullastrell y Matadepera. El Viernes Santo, a las diez de la mañana, tendrá lugar el Sermón de las Siete Palabras en Sant Pere, en La Seu d’Ègara. En Terrassa es un acto ecuménico en el que participan iglesias evangélicas. Lo organiza el grupo Cristians per Terrassa.
Vigilia pascual
El sábado es día de silencio, de espera de la Resurrección. Es el día de la Vigilia Pascual. Para los cristianos, según destaca el Obispado, es "la celebración más importante". Coincide con la luna llena y por ese motivo el calendario litúrgico cambia cada año, en función del calendario lunar. Jesucristo triunfa sobre la muerte. Se celebra alrededor del fuego, fuera de los templos, con el resplandor de las hogueras como sola referencia clara en medio de la oscuridad, encendiendo los cirios pascuales. Dentro de las iglesias se hacen procesiones. Se lee acerca de la salvación, se bendice el agua del bautismo, se renuevan promesas y se celebra una misa solemne. En la Catedral la presidirá el obispo a las diez de la noche. La solemnidad se redoblará el Domingo de Resurrección, con misas y una bendición apostólica que el prelado impartirá, que sólo él puede impartir y que utiliza tres veces al año.
La vida de Jesús no acabó con su muerte en la cruz. "El Señor resucita venciendo a la muerte y se convierte en el fundamento y la esperanza de reurrección para todos los seres humanos. El amor redentor de Dios es más fuerte que la muerte", recuerda el obispo en su mensaje de Pascua, en el que también añade: "La resurrección de Cristo es principio de vida nueva para la humanidad. La vida del cristiano consiste en vivir en Cristo, con la alegría inmensa para ser salvado y sentirse salvado, para saberse asociado a la obra de la salvación. A la vez, será necesario imitar y asimilarse al Resucitado, trabajar en la edificación de la Iglesia, con alegría y entusiasmo".